miércoles, 15 de julio de 2015
La esperanza y la muerte
Esta noche, en el cine, cuando empezaba la película, me sorprendí diciéndome: "Y yo que voy a morir, aquí voy a echar dos horas de lo que me quede de vida". Pensé en el Paraíso de inmediato, como siempre hago. Y, acto seguido, suspiré: "Menos mal que tengo enhiesta la esperanza, pues qué sería de mí, tan asaltado de pensamientos fúnebres, si no supiese que a la vuelta queda una alegría sin fin". A lo que me repliqué: "A lo mejor, como mecanismo de defensa, sin fe y sin esperanza, mi subconsciente tendría la caridad de soslayarme estas premoniciones". "Lo cual —tercié— sería una lástima, pues pocas cosas como la muerte nos animan a disfrutar la vida". Y tuve que dejar mis amenas divagaciones, pues se acababan los créditos iniciales y comenzaba la historia.
El título, por cierto, era prometedor: ¿Te acuerdas de mí?. Sus ecos dantescos (título original: Ti ricordi di me?, nada menos) me habían traído al cine y me arrastraban, ay de mí, de nuevo a mis pensamientos...
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