Los signos de interrogación se vuelven sobre sí mismos
señalando que todas nuestras preguntas nos interpelan a nosotros antes que a
nadie.
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Los signos de interrogación tienen forma de bumerán porque
los lanzamos esperando que vuelva una respuesta. (Aunque para eso, hay que saber lanzarlos.)
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Para recoger respuestas, la hoz del signo de interrogación.
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¿Qué solución colgaremos de la percha del signo de
interrogación?
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El signo de interrogación es uno de exclamación, salomónico, barroco.
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Los signos de interrogación se invierten, uno hacia arriba,
otro hacia abajo, porque preguntar es dar muchas vueltas a algo.
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Era tan asertivo que hasta hacía afirmaciones de los signos
de interrogación.
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(Mi obsesión viene de lejos.)
Al parecer su origen está en la palabra "quaestio" (pregunta en latín), de modo que para expresar tono interrogativo en los monasterios medievales se escribía una Q (letra inicial de "quaestio") con una pequeña o (letra final de "quaestio") arriba al principio de la frase, y otra Q con la o debajo al final de la frase.
ResponderEliminarEstas Q con la pequeña "o" arriba y abajo pasaron a convertirse en los signos "¿" y "?".
En cuanto al signo de exclamación, el origen está en la palabra latina "iubilo", o sea, alegría. Y al igual que en el caso anterior, esas íes mayúsculas con una pequeña o arriba o abajo han dado lugar a los signos "¡" y "!".
Qué maravilla. Muchas gracias por la información. ¡Cuánto le debemos al Medievo y a los monasterios!
ResponderEliminarEs una pena que las influencias pérfidas y albionas nos quieran robar la mitad de nuestra historia
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