sábado, 12 de diciembre de 2015
Efectos espaciales
Quique no concibe ir en coche sin llevar encendido el mapa del GPS. Nos montamos, aunque sea para ir a la esquina, y ordena: "¡El mapa!" Nos regala, lo he visto claro ahora mismo, una visión cósmica. Para que tenga más colorines lo puse en escala cinco kilómetros, de manera que vemos el mar Atlántico y la sierra de san Cristóbal y las desembocaduras del Guadalquivir, del Guadalete y del San Pedro (el río caudal, el otro, mediano y el otro, más chico). Y a cada curva que tomamos, el mundo entero se voltea, reorientándose. Es emocionante. No me extraña que a Quique le entusiasme. Y uno se ve desde arriba, lo que siempre eleva el ánimo.
Qué gracioso, Gonzalete también pide "el mapa", aunque le voy quitando la afición sobre todo porque él insiste en que además hable, lleve activada las instrucciones de voz. Y la verdad es que eso de ir escuchando la radio o música y cada esquina escuchar al mozo indicando "tome la próxima a la derecha" es bastante pesado.
ResponderEliminarAquí no se ve el Atlántico, pero cuando bajamos a Sevilla y aparece el Guadalquivir se queda mirando, muy atento, repitiendo "qué grandeeeeee".