viernes, 1 de abril de 2016
Recuerdo de un lector infantil
Tengo tan mala memoria que cuando Paula Fernández de Bobadilla me preguntó por un recuerdo de lectura de mi infancia, hice una pirula. Y, en vez de hablar de un recuerdo mío infantil, hablé de algo (la cinta de un libro) que traía un un recuerdo infantil, pero que yo había visto anteayer. Recurso de amnésico.
Ahora, sin embargo, me ha venido una imagen. En el piso de mis abuelos maternos, en Murcia, leyendo. Íbamos todas las Navidades y todas las Semanas Santas. Mi madre era hija única, así que no teníamos primos hermanos, y no estábamos acostumbrados tampoco a los límites de un piso ni de una ciudad. Hasta la horrible adolescencia, aquello era una novedad maravillosa. Y yo, allí, libre de mis clases de tenis y de judo, leía más que nunca.
Recuerdo el sofá, el sol murciano, más dorado que el de aquí, entrando por los ventanales, la vista de la plaza de santa Isabel:
(Qué maravilla internet. La he encontrado tal y como la veía. La casa de mis abuelos estaba a la izquierda de la foto, mirando de frente al banco de España que se ve a la derecha. Pero ése era el enlosado, donde se patinaba (yo no) muy bien. Y esos, los seiscientos y el tráfico. Veíamos de cerca a esta señora, a la que llegué a cogerle mucho cariño, aunque nos daba la espalda:
Y ya me entró el veneno de ver la casa, que ya no es nuestra, y ahí la encontré, el piso amarillo al lado del incendio, el piso al que casi llegan los árboles.
Podría intentar una metáfora sobre la memoria calcinada, pero no hoy, que reverdece.)
Estábamos en la lectura infantil, en el sol, en el sofá, en la agradabilísima sensación. Y, de pronto, empiezan a sonar algunos de los relojes que mi abuelo tenía por su casa. Y ése es mi recuerdo: la mezcla de lectura, placer, sol... y el tiempo, siempre el tiempo, ya el tiempo, entonces, como telón de fondo. Como daban también los cuartos, y no estaban perfectamente sincronizados y yo estaba embebido en la lectura, aquello era un continuo campanilleo, una fiesta.
Bello tema para un poema...
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