El hombre de la casa
Hoy no he llegado a casa a cenar, de lo que me alegro. Me han contado que Carmen se empeñó en tomarse un san jacobo ella sola, y que su madre y su abuela le decían que iba a ser demasiado. Mi suegra, entonces, le dijo: "Carmen, comes con los ojos, como hace tu padre". Y aquí ha intervenido Quique, que le ha preguntado, con toda la intención a su madre: "Mamá, ¿a que tú conoces a papá mejor que la abuela?"
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