martes, 10 de enero de 2017
Familia política
En los pueblos nos conocemos todos, lo que da mucho juego a las conversaciones. En una, pregunta uno: "¿Quién es más 'cuñado', X o Y?" Es una ocurrencia graciosa, porque es verdad. Así que, recuerdo a Santo Tomás de Aquino: "Omne verum a quocumque dicatur, a Spiritu Sancto est [S Theologiae I-II q. 109. a 1, ad 1]", y me río como todos. Pero luego, preciso: "X es el más 'cuñado'. El más suegro es Y. Como yo tengo una inmensa vocación conyugal, le tengo mucho cariño a ambos". "Lo sé, lo sé, qué inoportuno yo", reconoce el que había preguntado. "Qué va", replico, "tiene gracia y me has hecho sentirlos como de mi familia... política".
No lo cuento para adornarme, ojo, sino porque creo que la vocación matrimonial marca carácter, hasta analógicamente.
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