Son amores distintos
Apenas por jugar pregunto a mis hijos quién quiere más a quién, si yo a mamá, si mamá a mí. Las respuestas, sin embargo, me dejan pasmado: Carmen asegura que mamá, sin duda ninguna, a mí; y Quique salta, indignado: “¿Qué dices tú? Papá mucho más a mamá, está clarísimo”. Veo, desde pequeñitos, el drama de los sexos. Nos queremos de forma distinta y cada uno confunde el amor con su forma de querer.
Es buenísimo
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