Luego he tratado de que lo que quería,
para todo el país, para toda la tierra
fuese al menos posible en unos pocos
metros a la redonda.
Los he releído en su antología La palabra secreta (Renacimiento, 2018), que incluye este inédito luminoso:
PEPE LUIS VÁZQUEZ IN MEMORIAM
......................................................Jeder Engel ist schrecklich
.....................................................................................R. M. R.
"Ya sólo veo por dentro", le decía a un amigo,
en la penumbra azul de los últimos años
de una vida de luces.
Las del traje tenían que acabarse.
Las de la inteligencia ardieron siempre.
Y él fue reloj de sol que tan solo contaba
las horas luminosas, y eso era
lo que veía por dentro cuando ya no veía;
pero nunca olvidó que un ángel puede a veces
de un aletazo ensobrecerlo todo.
De ángeles sabía más que nadie,
tanto como el que más, y así se andaba
con aquel que decía que todo ángel da miedo,
que aterra, y más si monta guardia
en la puerta del patio de cuadrillas.
Dios reparte a voleo
las luces entre los mortales.
Las que a él le tocaron fueron maravillosas.
Los que las vimos las seguimos viendo
igual que él, por dentro, con los ojos cerrados.
Supongo que al "ensobrecerlo" le falta una "m", y que no se tratará de sobres, sino de sombras.
ResponderEliminarEl mismo día de la publicación de esta entrada, envié un comentario señalando que seguramente el "ensobrecerlo" era una errata, y que no se trataría de sobres, sino de sombras. Perdido al parecer en el ciberespacio, vuelvo a enviarlo.
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