Un tic
Quique se ha dado cuenta de que cuando me pide que le acerque una goma, una raqueta o incluso un vaso, si es de plástico, lo lanzo hacia arriba, si puede ser dando dos o tres vueltas y luego lo recojo. Le ha hecho gracia y le ha extrañado. Me pregunta por qué lo hago. No sé. Pero lo pienso y si sé. Quizá es un tic teológico. La manera corpórea-conductual-icónica de mostrar que todo nos viene del cielo. Una acción de gracias no verbal.
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