TRES POEMAS QUE ME ROBARON
En aquel tiempo suspiré en un verso
“Voluntad de escribir Sagasse de Verlaine...”.
Mas hoy mismo mi voluntad sería
haber escrito La piedra en medio del camino,
La balada y la caña y La estrella matutina
si,
—Oh musa infiel,
no te hubiesen poseído antes
Carlos, Augusto y Manuel...
Aplauso para los dos, para la melancolía de Quintana y la alegría de Marshall, pero me quedo con Marshall.
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