miércoles, 22 de mayo de 2019
Síndrome
Fantaseo con la posibilidad de que el médico de cabecera o de cabeza me dé una baja por el Síndrome de Stendhal. Es tanto lo que tengo que leer, que disfrutar, que ver, que oír, que releer... que me da una ansiedad paralizante, que se agrava ante la belleza en sí, presente, actual, pero marchándose. Ante un poema estupendo siento que si paso la página empiezo a perderlo. En la mediana edad estoy rodeado: es tanto lo que he dejado atrás y debería volver como lo que me espera adelante y he de avanzar.
Una baja laboral me elevaría el ánimo.
Pero, de pronto, caigo en que el tratamiento médico más obvio sería la abstinencia severa. De modo, que me abstengo de tentar a la suerte. Más vale sufrir (de tanto disfrutar) en silencio.
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