Me he despertado esta mañana con esta copla en los labios, terminada del todo:
La vida es esa aventura
que se escribe muy despacio;
y va un viajero y la apura
cuando lee tu epitafio.
[Y no está mal esta copla, caigo en la vigilia, para echar el cierre al menos durante un tiempo a mi diario. Quizá Lo que ha llovido; El pábilo vacilante y Un largo etcétera hacían una trilogía cerrada, y sólo ahora me he dado cuenta. ¿Quién iba a pensar que los diarios también tenían sus ciclos, como la poesía, y que ahora tocaba un rato de barbecho, pero así es o lo parece. Muchas gracias por la compañía. En los artículos, en todo caso, seguiré erre que erre.]
Qué pena
ResponderEliminarAhora que sabemos que ya no habrá nuevas entradas, entraremos a releer las viejas y será hasta mejor.
ResponderEliminarHola, Enrique. Leo con mucho agrado tus artículos en Nueva Revista. Soy profesor de la Universidad de Piura, Perú. Estaré en Madrid del 7 al 9 de octubre del año en curso. Quizá sea posible que podamos charlar en algún momento. El último articulo tuyo sobre los antiposmodernos me ha dejado gratamente agotado por la profusión de nombres, bastantes de los cuales he leído.
ResponderEliminarEspero tus noticias.
Mi blog es Tertulia abierta.
Gracias.
Paco
Buenos días (por este lado, quizás allá ya tardes).
ResponderEliminar¿Nos tiene pensado dejar así sin más o hay más "Rayos y truenos" pronto?