Murió don Julián Urbistondo, Donju, sacerdote-institución del colegio mayor Belagua. Comentaba con un amigo mis ganas de hacerle un homenaje por escrito y lo hubiese hecho de no haber leído antes lo que escribe Higinio Marín.
No hay más que añadir: «No le toques ya más,/ que así es la rosa», como dijo JRJ.
Simplemente lo digo aquí con la intención de que leáis el texto de Higinio, sí, claro; pero también como ejemplo (en este blog tan metaliterario) de lo que es o tiene que ser la escritura.
El texto de Higinio me representa no porque yo tenga pereza de ponerme a escribir ni tan siquiera porque dice exactamente lo que yo diría o por la vanidad de asumir que jamás lo haría igual. Me representa porque cuenta lo que yo no podría escribir ni por talento ni, sobre todo, por mi biografía. Él conoció más y mejor, más hondo y más tiempo a Donju y lo asimiló de maravilla. Pero al hacerlo, sobre mi experiencia, mucho más episódica y tintinófila y aquel poema de Manolo Fontán que me recitó varias veces, Higinio ha construido una nueva realidad mía, me ha enriquecido.
Rezaré el SeñormíoJesucristotodoslosdíasantesdedormir todas las noches a partir de ahora y será un recuerdo vivo de Donju. Y también de Higinio, pero principalmente de Donju gracias a Higinio, diluido el escritor en mi emoción y en mi vida súbitamente elevada. Y eso que hace conmigo el texto podrá hacerlo con quienes no trataron a Donju, pero lo lean. Así es la literatura. Todo escrito que no consiga eso (en la medida de su tema) es sólo un informe administrativo.
Querido Enrique. Hay más nobleza y luce más lo que tú has escrito que lo que he escrito yo. Pero que todo sea para recordar a Donju. No obstante, creo que debes escribir algo cuando te salga: el prado se hace hierbas y en los coros no sobran las buenas voces. Te mando un abrazo belagüino reforzado por el disfrute con el que te leo, en porosa y en verso.
ResponderEliminarCon permiso de ambos, voy a copiar el aforismo de que esa oración mencionada rezada antes de dormir es un "seguro de vida". No sé si de una vida larga, pero sí de una vida rodeado de buena gente como la que tuvo Donju. Voy a pedir exactamente eso: una vida plena, llena de anécdotas, bellas personas, oración y poesía. ¡Gracias por alegrarme el día con mi nuevo propósito de vida!, aunque lo haya encontrado en una elegía. Sé que Donju, al que no tuve el gusto de conocer, tendrá más información de primera mano de la mala racha que llevo en mi vida y estará orgulloso de ustedes por haberme iluminado.
ResponderEliminarMuchas gracias, de verdad.
ResponderEliminarGracias por su blog don Enrique. Juan viejo
ResponderEliminarEnrique, no deje de escribir ese homenaje.
ResponderEliminarLos que tuvimos la dicha de convivir con Donju unos cuantos años (79-86) y además admiramos su pluma se lo agradeceremos.
Tal vez el "Ahora bien" en Nuestro Tiempo pueda ser el lugar.