Ayer, un comentario apócrifo nos llevó al blog de Vicente Luis Mora justo a tiempo de leer (o ver) su reacción a una reseña de García Martín, que está allí colgada.
La dura reseña de JLGM a Singularidades me parece natural. Y mi amigo Vicente Luis Mora seguro que lo asume. Cuando uno se alista en la vanguardia con la intención de liarla es de esperar que se produzcan escaramuzas, emboscadas y choques frontales. Nadie puede pretender estar en el frente con la tranquilidad del que se queda en su propia casa, leyendo a Horacio. El audaz vapuleador vapuleado ahora puede pensar , como consuelo, que si sirviese en la retaguardia, lo tratarían con cierto desdén distante, que a lo mejor es peor, no sé.
Quizá el único retaguardista actual que, más o menos, se ha salvado de eso es Andrés Trapiello, a fuerza de talento, de diarios vapuleantes y porque cuando él reivindicó Las tradiciones, aquello pareció un nuevo y muy sorprendente -ismo, el tradicionalismo, diríamos.
Qué razón, tienes, Enrique. No veas qué dura es la vida de frontera, quiero decir de trinchera. Pero bueno, es cuestión de temperamento. Menos mal que aún quedáis amigos. Un abrazo.
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