En la columna de hoy hablo de pies. No de pies de plomo porque ya dije que era de mal gusto. Y recordar que pie es pastel en inglés no me pareció una información ni agradable ni significativa.
—Tampoco es que hablar de pies sea una exquisitez, dirá alguno.
Cierto, cierto, pero la alternativa era dedicar el artículo semanal a los monstruos finlandeses que triunfan en Europa, ay, Europa. Mejor los pies, ¿verdad?
Cito allí un poema de Amalia Bautista, que dejo cojo, porque entero ocupaba medio artículo, y al que pagan por escribirlos es a mí. Aquí en el blogg, que hay espacio de sobra y que no cobra ni el Tato, para disfrute de todos y para que hasta los más escépticos contemplen cómo la poesía hace delicioso cualquier asunto, lo transcribo completo.
Qué feos son los pies de todo el mundo,
menos los de mis hijas. Qué bonitos
son los pies de mis niñas. Los mofletes
redondos y rosados de los ángeles
envidian sus talones, y sus dedos,
vistos desde la planta, diminutos,
tienen la suavidad de los guisantes.
Los tienen a estrenar. Y me conmueve
pensar en cada paso que aún no han dado.
Cuando leo cosas así más me doy cuenta de que soy un ignorante... dios de mi vida cuanto me queda por aprender...
ResponderEliminarMaiquez, eres un crack, ya te dije que tenías que tener un blog...
ResponderEliminara ver si tengo tiempo de leerte.
Er Estalella
El señor del comentario de arriba es ingeniero: lo que explica su entusiasmo, inconcebible en un poeta.
ResponderEliminarAdemás es amigo mío de la adolescencia, que es amistad más larga, desde luego, que la que pueda tener Pablo Buentes con un compañero suyo de guardería....
Impresionante el poema de Amalia Bautista. Va para mi baúl de tesoros personales.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu artículo, y no sólo por la casi nula mención a los estatut[o]s... Al leerlo he recordado una escena de la película París-Tombuctú, de Berlanga, en la que se hacía este comentario: «Tiene usted pies de pianista».
ResponderEliminarMuy bueno lo de "estatut[o]s". Y pena que no tuviera el dato berlanganesco, que hubiese quedado espléndido.
ResponderEliminarPues la próxima reseña de un servidor en poesiadigital. es, va sobre TRES DESEOS, de Amalia Bautista. También me fijo en Los Pies (me refiero al poema).
ResponderEliminarQuedo deseoso (por triple partida) de leer esa reseña...
ResponderEliminarQuizás Amalia pueda hacer que por fín, mi duro corazón se estremezca ante un poema, y me abra así un poco a este mundo que no me ha tocado aún en demasía la fibra sensible... Me ha encantado
ResponderEliminarNo tan duro tu corazón si se estremece con este poema. Siento comunicarte, anómimo amigo, que has mordido el anzuelo de la poesía: ya estás pescado para siempre. Enhorabuena. Y sigue rechazando la poesía que no te estremezca, que no toque tu fibra sensible, pues ésa no vale (o no te vale, que para el caso es igual). Siempre habrá poemas para ti.
ResponderEliminarMagnífico poema de Amalaia Bautista que agradezco leer en tu blog al que por azar agradecible he llegado. De ella tengo, en el mío que es de poesía y al que desde ya te doy la bienvenida, dos de sus espléndidos poemas.
ResponderEliminarSaludos...
Si os gusta la buena poesía buscad el título CASA PROPIA, Ed. Renacimiento. El autor no va a hacer publicidad de él porque estaría feo, pero yo soy un admirador de su autor y lo clamo a los cielos. Gracias, Máiquez.
ResponderEliminarA este Pedro tan simpático y clamante no lo conozco de nada o no lo tengo situado. Supongo que también será ingeniero, como Estalella. En cualquier caso, se le agradace mucho la publicidad, claro.
ResponderEliminarGracias por la entrada, Enrique, y por todas estas pildorillas mágicas para la autoestima. Todo tu blog está espléndido, vendré a menudo. Me ha encantado el encuentro de esta mañana: el Prado, el sol y vosotros, toda una alegre sorpresa dominical. Muchos besos.
ResponderEliminarAmalia