¡Esta-mos-hartos-de-no-tener-lo-todo!, podría ser el lema de la manifestación, en un claro deseo de universalidad. O, para aprovechar el viaje a la Puerta del Sol -y los pulmones-: ¡No a la Eta-Sí Obras Completas!¿Por qué no tomárnoslo al pie de la letra? La realidad imita al arte, así que montemos un Congreso de poetas Blogg en un autobús que nos lleve a Madrid a manifestarnos el 10 de junio por las víctimas de ETA.
Sería un totum revolutum, donde se mezclase, como en la vida misma, lo humano y lo divino. Ya sé que hay visitantes de esta página que son partidarios del haiku pero no del cumplimiento íntegro de las condenas, que disfrutan con los Rayos, pero no con los Truenos; y al revés; y otros que, sin gustarles nada, entran por amistad, que ya es mérito. Tal vez a alguno de ésos no les llame esta iniciativa que implica mezclar las churras con las merinas. Puede que tengan razón y son, sin duda, más prudentes. A otros nos cuesta mucho hacer compartimentos estancos y no emocionarnos con aquel grito de la batalla de Salamina: "Es la lucha por todo".
Durante el viaje celebraríamos, a través del micrófono del autobús, lecturas poéticas y chistes navarros. Yo comentaría (si me dejáis) algunas escenas de la Divina Commedia que vienen al pelo, como aquéllas en las que se describe el más allá de los que dividen naciones, de los que matan con violencia o de los traidores a su patria, al fondo ya del Inferno. Cuando el autobús cruzara La Mancha, podríamos leer algún capítulo de El Quijote, para demostrar que se puede hacer aunque no sea el centenario. Habría que elegir entre el discurso de las armas y las letras, tan a propósito para nuestros propósitos, o el de la liberación de los galeotes, de tan amargo final. Tendría gracia un concurso de pareados subversivos para uso en la manifestación. Luego veríamos cuál tiene más éxito entre el pueblo soberano y coreante. El autor del eslogan más repetido por las calles de Madrid ganaría el viaje gratis, pagado entre el resto…
En Madrid, sería estupendo quedar con colegas y sin embargo amigos, como Jaime G-M. o Fernando López de Artieta, y ojalá con más, que acudan desde otras partes de España. Celebraríamos una cena en una ruidosa cervecería o, tal vez, en un restaurante argentino, en honor a Juan Ignacio y otros amigos, que no creo que puedan venirse desde la Argentina. El día siguiente, domingo, habría que ir, además de adónde a cada uno le impulse su conciencia, al Museo del Prado a reivindicar que no nos hace falta que “La rendición de Breda” del sevillano Velázquez vuelva a Andalucía. El mundo es nuestra casa.
En el viaje de regreso, trabajaríamos un poco más. Estaría bien hacer una antología, titulada Se canta lo que se pierde, de poemas dedicados a España. Si la selección la hacemos entre todos, repasando de memoria los mejores textos, desde el marqués de Santillana hasta Pedro Sevilla, haríamos un volumen estupendo (e instructivo) en un periquete.
Esto es sólo una propuesta susceptible de mejoras. Al viaje, por supuesto, junto a los poetas, vendrán las musas y los musos que quieran, y los lectores --si los hubiera o hubiese, que está por ver. Queda pendiente, entre otras cosas, la logística que, como la lógica, no es lo mío: ver dónde se alquila un autobús o microbús o furgoneta o motocicleta, dependiendo del éxito de la convocatoria.
Si esto va en serio, yo me apunto.
ResponderEliminarEnrique, cuenta con mi arco.
Bueno, pues ya tenemos para un sidecar, porque una lectora de mi blogg (esto es, mi mujer) también se apunta.
ResponderEliminarSiento romper lo del sidecar, que tenía un aire años 20 de lo más chulo, pero yo también me apunto.
ResponderEliminar¡Súmense las multitudes! ¡Yo ya estoy sumado, si las circunstancias -que son parte del yo, como dijo Ortega- lo permiten!
ResponderEliminarEl miércoles lo hablamos. Si no trabajo, cuenta con mi espada (lo pillé, Eddie). Y otra cosa, me ha encantado la entrada, tienes toda la razón, yo tampoco sé, ni puedo, ni quiero, hacer compartimentos estancos. Sería glorioso, por una vez en la vida, no quedarse ronco o afónico por una noche de feria o de discoteca, sino por gritar con el corazón por las víctimas, es decir, los muertos y heridos, sus familias, sus compatriotas, y su casa común, España.
ResponderEliminar¡Suena muy bien este viaje! Yo me anotaría si pudiera.
ResponderEliminarMi aporte literario será nulo, quizás pueda darte algo de la logística que te falta porque, lo que son las cosas, tengo un posgrado en esa materia tan poco poética (y más curioso aún que el título me lo haya dado la Universidad Católica Argentina junto con la Escuela de Organización Industrial de Madrid).
Saludos.
He vuelto de la playa y... ¡me apunto!
ResponderEliminar¡Mañana el mar inmenso nos espera!
ResponderEliminar[donde dice "mañana" entiéndase el 10 de junio; donde dice "mar" entiéndase Madrid, rompeolas de las Españas]
Uff, aquí se ha liado la de San Quintín, agobiado por los exámenes esperaré vuestra historia cuando regreséis. Quizás, perdón por llevarle la contraria D. Enrique, pero habría que exigir el regreso de las obras a Sevilla... Estoy cansado de ver nuestro desangelado museo... y mucho más tras la toma por los jóvenes de la plaza que lleva el mismo nombre.
ResponderEliminarSi pudiera me apuntaría al banquito de los lectores... apoyo desde aquí, muy a mi pesar.
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