A la del alba, con un pie en el estribo, dejo estas líneas. El Congreso
Totum Revolutum se pone en marcha. Hubo un momento en que pareció que íbamos a ser los Trece de la Fama, pero la vida es dura, y han ido cayendo, por razones del trabajo (que el corazón no entiende) o por bacterias varias, algunos de los llamados. Los elegidos, al final, somos media docena más uno; cinco, andaluces. Por eso, no iremos, como estaba planeado, en la furgo
noeta, sino en mi humilde coche, que no tiene ni juego de palabras. No importa. Por palabras, viniendo Beades, no va a quedar.
Yo para acompañar mi amargo café de madrugada, musito en la memoria estos versos de Sir John Harrington que tradujo
Almuzara el Breve:
¿Por qué nunca prospera la traición?
Porque cuando prospera
nadie sigue llamándola traición.
Tres versos así despiertan y animan a un muerto. Y a medida que vaya recogiendo colegas-y-sin-embargo-amigos los poemas de la memoria serán más y más alegres.
A mi también me habría encantado haber estado con vosotros. Cosas de la distancia.
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