Ayer salimos con unos amigos hasta las tontas. No vengo aquí a protestar ahora, porque la pose de torrero de marfil no es la mía, ni menos a fardar de bohemio, que tampoco es el caso. Simplemente constato que el problema de las salidas son las entradas. Lo que cuesta volver. Con la cerradura de casa no tuve grandes problemas, que yo lo del
boozy halo of Catholicism me lo tomo casi metafóricamente. Pero cuesta más acertar a meter la llave en la cerradura del castillo interior. Será porque la llave es de cristal y silencio.
a saber a quien le harias la entrada, enrique aesas horas
ResponderEliminarEl final es tan bonito que te sugiero un poema. Tienes uno que ya sabes lo que me gusta, Moradas. Pero trabaja eso del castillo la llave de cristal y silencio. Sigue por ahí... (La primra vez que digo a alguien, como Fidel Villegas, "escribe sobre eso"...)
ResponderEliminarNo te regocijes antes de tiempo, oh pícaro usuario anónimo. Salí y entré con la misma persona. Un lema monógamo: "Con mi señora / a todas horas".
ResponderEliminarSe lo diré a la musa, Rocío: "Escribe sobre eso". Pero la mía es una musa insumisa y respondona, casi como un usuario anónimo y no me echa mucha cuenta...