A mi madre le gustan las sandalias doradas que Leonor se compró en el mercadillo. A Leonor le gusta que a mi madre le gusten las sandalias doradas que se compró en el mercadillo. A mí me gusta que a Leonor le guste que a mi madre le gusten las sandalias doradas que se compró en el mercadillo…
Con esta entrada de reflejos o círculos concéntricos no hago más que constatar un hecho: el bien es difusivo, incluso en algo tan pequeño y a ras de suelo como unas sandalias doradas compradas en el mercadillo.
Y qué hubiese pasado si a tu madre no le gustan las famosas sandalias doradas... También los enfados son difusivos, ¿no?
ResponderEliminarCierto, de otra manera, pero así es. Por eso hay que andarse con ojo.
ResponderEliminar¿Pero a ti te gustaban las zapatillas doradas?
ResponderEliminarArp, pillín, me has pillado...
ResponderEliminar...Y a Leonor le gusta que a Enrique le guste que ella le guste que a su madre le hayan gustado sus sandalias doradas.
ResponderEliminarPero apuesto a que antes de nada, Leonor también se preguntó lo que ha preguntado Arp y que por causa ignota quedó fuera del circulo ¿o es que está en el inicio?
Con esta entrada de reflejos o círculos concéntricos no hago más que constatar un hecho: el bien es difusivo, incluso en algo tan pequeño y a ras de suelo como unas sandalias doradas compradas en el mercadillo.
ResponderEliminarY yo con esta genial entrada constato que un hecho en apariencia tan vulgar como comprarse sandalias en un mercadillo puede ser un acto extraordinario y de repercusiones inesperadas.
...
ResponderEliminarY se me ocurrió que por eso es importante hacer todo bien. Cada una de las cosas más nimias, hacerlas bien.
Y digo yo :¿Quien pagó las "chanclas"?.¿Tú?.... que no te gustaban.¿Leonor?, a sabiendas de que a tí no te gustarían. ¿Tu madre? Como regalo porque a ambas les gustaban...y a ti no. ¿Es esto una conjura?¿Quizás un rito iniciático suegra-nuera?¿De verdad existen las chanclas?
ResponderEliminarPrendes es fantástico: Conoce el alma femenina, da una vuelta de tuerca... ¡Bravo! Y Bravo por ti, Enrique, al hablar de cosas de mujeres con tanta gracia y como cosa verdaderamente tuya. No sé si Inma o Anacó (U alguna otra) se me echará encima si lo digo, pero creo cada vez más que a las mujeres no hace falta tanto que nos comprendan (a veces es imposible), como que nos quieran...
ResponderEliminarLas entradas de mi blog no son dignas de atar las correas de las sandalias de esta entrada. ¡Ole!
ResponderEliminar¡Uy! ¡lo que ha dicho! eso si que es arriesgado, ha llamado chanclas a unas sandalias preciosisimas. Y ahora que me fijo Arp ha dicho zapatillas ...
ResponderEliminarLa precisión terminológica de Luis es exacta. Son sandalias.
ResponderEliminarM. P. no he dicho yo que a mí no me gustaran, sino que no he dicho nada, porque es un poco indiferente si me gustan o no las sandalias doradas. Y bueno, si mi mujer e Inma insisten en preguntarme diré que sí, que me gustan.
No hay rito iniciático alguno sino cascada de sentimientos superpuestos.
Y aunque soy muy reaccionario, apenas practico. Por ejemplo, mi mujer gana más que yo, y se paga sus sandalias, incluso las doradas. No olvidemos tampoco que las compró en un mercadillo.
Puede ser importante también en este caso que las sandalias están compradas en UN MERCADILLO!!! Qué horror! ó Qué sencillos somos!. Por otra parte, yo comprendo a Leonor, y es que en mi caso hasta espero la aprobación de la gente que más aprecio o "temo" (en cuanto a sus críticas) en cualquier tontería que compro... a veces hasta sobre la fruta... y es que las críticas pueden ser feroces... hasta por unas manzanas mal elegidas... ¿Será porque soy mujer?
ResponderEliminarEn fín, que sentimos la necesidad de agradar...
ResponderEliminarMuy buena entrada! Da gusto volver aquí y ver que este blog sigue enrique-siendo a todo el que para por aquí. Ya que Rocío me lanza un guiño, le diré que la comprensión es difícil independientemente del sexo del comprendido (no pienso utilizar el término género) La gran mayoría de veces quien sabe querer sabe comprender.
ResponderEliminarYo también diré que sí, que necesitamos que nos comprendan, mucho y lo mejor posible, pero me inclino a pensar que ellos también necesitan lo mismo. Aunque les cuesta más reconocerlo, porque a veces quieren ser como John Wayne...
ResponderEliminarAhora todo el que se encuentre con Leonor le mirará los pies.
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