Por la mañana en el IES revisito mi blogg. Ya C. B. me había despertado serias dudas, pero con suavidad y cariño. Y entonces surge de las profundidades de la blogosfera un anónimo [veo “anónimo” y me echo a temblar] que, cumpliendo las expectativas, desbarata con un comentario sin piedad -y esta vez exacto- lo que yo creía que era una traducción libre del dichoso haiku de Edna St. Vincent Millay. Exclamo: “¡Vaya [o algo más fuerte]!” y, sin perder la esperanza de que quede un resquicio en el que apoyar mi interpretación, hecho un mar de dudas, echo a andar, a andar rápido, casi a correr hacia el cercano Departamento de Inglés, en búsqueda de una compañera-y-sin-embargo-amiga, que me justifique. Llamo a la puerta, y allí estaba ella.
—Qué bien que te encuentro…
—Y qué casualidad, Enrique: ¡acabo de hacer un comentario anónimo a tu traducción en “Rayos y truenos"!
—Vaya.
Algo así me pasó ayer, yo venga a preguntarle a Google por un tal poeta llamado Juan Luis de Soria, y ayer en una conversación de pasillo voy y me entero (¿puedo decirlo aquí?) que se trata de nuestro manco amigo y vecino de Blogg. Tiene su gracia lo de los heterónimos. Que por cierto, otra coincidencia por el estilo ha dejado en mi mesa Jugar en Serio de un aqrquitecto joven, un tal Fernando López de Artieta... y me está gustando mucho.
ResponderEliminarEjem... una breve investigación en google arroja resultados sorprendentemente familiares... y hasta aquí puedo leer (bórrese si procede).
ResponderEliminarCómo no, en El País.
ResponderEliminarNi estoy manco, ni he picado en abrir un blog (por ahora). La gente fabula... Sobre todo escritores con envidia.
ResponderEliminarYo conozco a Juan Luis de Soria y desde luego no se parece en nada al manco del blogg vecino ( qué más quisiera), Juanlu es achaparrado, gordito y francamente feo, pero muy buen poeta y tiene una tienda preciosa de lenceria.
ResponderEliminarÚltimamente he ido al gimnasio y tengo un aspecto envidiable, y entre las clientas no me va mal. Y el otro del que ustedes hablan me parece que se ha dejado atar por el lazo conyugal, ¡pobrecito!. No sé de donde surge la confusión entre los dos. Me han dicho que es hirsuto en demasía, y yo hasta me hago las ingles brasileñas. Coqueto que es uno.
ResponderEliminar¡Me partooo! que diría el coco. Gracias al anónimo por el enlace. Aupa Fernando!!!
ResponderEliminarDisculpe, disculpe ud. Don Juan Luis de Soria, el equívoco impertinente y despistado. Yo la verdad, no puedo decir que no he picado...no ya en abrir un blogg que es lo de menos, sino en hablar con un fantasma virtual, que es doblemente complicado. Saludos!
ResponderEliminar