Qué bien puesto está el nombre de “penitentes” para los que salimos en las procesiones, sobre todo a partir de cierta edad. Yo, desde luego, cada Domingo de Ramos, que es cuando me toca, mucho más que “nazareno” o “hermano de luz”, me reconozco en lo de la penitencia.
—Ah, ¿que usted no lo hace por gusto? —preguntaría cualquiera de esos turistas que, desde una mesita de la acera, con sus cervezas frescas y sus gambas, eficazmente contribuyen a nuestra mortificación. Entre las penitencias está también la de no pegar hebra con el respetable, que si no ya le explicaría yo al buen hombre (tomándome otra cerveza) que sólo las babosas hacen siempre lo que les apetece. Por otra parte, si apenas saliesen los que llevan una ilusión grandísima, la Hermandad no tendría más que hermanos pequeños, de siete a trece años aproximadamente.
Dejo atrás, por fin, al caballero de las gambas sin haberle explicado que por debajo del atractivo estético, del interés cultural, del colorido y de lo que se quiera, están los hombros de la fe y la devoción. A la Consejería de Turismo y a los concejales de fiestas les interesa dar una imagen lúdica de la Semana Santa, basada, por supuesto, en su belleza indudable. Bien. Pero aunque yo pierda un poco de mérito levantándome el velillo del capirote en este artículo y refunfuñando un rato, conviene recordar que sacar una Hermandad es muy sacrificado y que salir sólo se sale por amor. Incluso en la más barroca y espectacular de las cofradías, la procesión va por dentro.
Oye, Enrique, está fenómeno, pero tengo ganas de leer en este blog algo exclusivo, escrito "only for" este blogg, no para Alba, ni Joly, ni poesía digital. Regálanos algo, hombre!
ResponderEliminarMas pillao, Rocío. Lo malo es que se me ha acabado el Bloguerstán y no encuentro ninguna farmacia de guardia...
ResponderEliminarRocío, mujer, no le presiones, que entre procesiones, el golf y los artículos (vi ayer el de Nueva Revista) el hombre no debe de tener tiempo para nada. ¡Y luego se queja de falta de inspiración, a varios artículos semanales!
ResponderEliminarEn esto de los blogs, hay veces que faltan días y otras parece que no hay nada sobre lo que hablar.
A mí lo que me gustaría es estarme tomando ahora una cervecita y unas gambas al solecillo andaluz, comentando la jugada sobre la procesión de turno.
Una pregunta ¿Con o sin calzado? Sobre todo por conocer tu opinión del que come pipas. Personaje mucho más pintoresco y costumbrista que el de las gambas.
ResponderEliminarExperimentado Luis, yo siempre con calzado, por lo que mi opinión del come-pipas es menos envidiosa que la que padezco del bebe-cañas.
ResponderEliminarY eso, misericordioso Arp: ojalá nos la tomásemos juntos, y con Rocío.
¿En qué procesión sales? Sería interesante saberlo si no es secreto (bah, si es secreto quizás sea más interesante saberlo, ¿no?).
ResponderEliminarYo no es por presionar, peeero... ¡Quiero más! Aunque haya que esperar al lunes y nos regales otro alumnizaje.
ResponderEliminarRedondo. Buen título + contenido interesante + extensión sensata = gran artículo. No te imaginaba bajo capirote, ya ves. Avísenme para la cervecita...
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