sábado, 18 de agosto de 2007

Inmense curiosité

Mi suegra, que está pasando unos días en casa desde principios de julio, ha conocido al novio de una prima de Leonor. Mi mujer pregunta por él y mi suegra contesta: "La verdad es que recuerda mucho a Enrique, es... normal". Vaya, normal. Voy a dar todas las vueltas que hagan falta para conocerlo, como es lógico. Siento una inmense curiosité.

8 comentarios:

  1. Anónimo1:02 p. m.

    Efectivamente, hay veces que una palabra tan inocente como "normal" suena misteriosa. Aunque, en el contexto, y de una persona mayor, estoy seguro de que se refiere a eso, a lo que puede entenderse por una persona normal, que no se emborracha, ni tiene piercings en la nariz, ni lleva en la espalda un tatuaje gigante, ni viste de cuero, ni...Normal, que debería ser algo normal, nada más, es, en estos tiempos, todo un elogio. ¡Seamos normales! ¿Pero entonces, los demás, son anormales? Muy posiblemente

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  2. ¡Ja! Ya contarás el encuentro entre normales.

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  3. Anónimo10:44 a. m.

    "Unos días en casa desde principios de julio". Eso es mes y medio, Enrique, ¡mes y medio! Un yerno "normal" en esta situación lo habría contado de otra forma...

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  4. Gracias, CRM, por tu juicio de intenciones... pero soy un yerno, he de reconocerlo, muy muy normal.

    Y además ahora con cierto cargo de conciencia, porque conocí al susodicho y estaba muy bien, mejor que normal. O sea, que mi suegra me ve con buenos ojos, a pesar de todo.

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  5. Alivio después del encuentro, entonces.

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