El PSOE ha objetado que no había motivos esta vez para otra manifestación. José Blanco la llamó insensata y absurda. Uno querría más respeto para Ortega Lara y la familia de Miguel Ángel Blanco y para todas las víctimas, pero con independencia del talante de cada cual, el caso es que motivos hay. El Gobierno se niega a revocar la resolución del Congreso a favor de la negociación, con lo cual deja al Estado en esa posición humillante de la mano flácida y tendida hacia quien no te la quiere estrechar. Tampoco muestra el Fiscal General fervientes deseos de ilegalizar al PCTV y a ANV, brazos políticos de ETA.
La manifestación puso en evidencia el doble fracaso de Zapatero. El presidente se empeñó en su proceso y para ello quiso ponerse en medio, entre las víctimas y los asesinos. Como era de esperar, con los asesinos fracasó pronto, en la T-4 de Barajas. Y ha fracasado con las víctimas, que no se han sentido nunca amparadas por él. Con frecuencia la equidistancia es el punto que más dista de la equidad, sobre todo si se pretende entre inocentes y culpables.
El sábado también se puso de manifiesto cierto doble juego del PP. Tienen razón los socialistas al denunciarlo. Las apariencias (tan importantes en política) indican que la oposición no ha estado como una piña con las víctimas. Esos problemas de agenda de Rajoy y Gallardón fueron mezquinos. Rosa Díez, por ejemplo, no los tuvo y fue.
Pero más importante que las posturas malabares de algunos políticos es el nítido aviso que se daba a ETA. A estas alturas la banda tiene que haberse percatado de que por mucho que cualquier Gobierno esté dispuesto a sentarse con ellos, hay un movimiento cívico que, con una perseverancia imparable, defenderá el Estado de Derecho, el cumplimiento íntegro de las condenas y la memoria y la dignidad.
Por último, moralmente sabíamos que el que sufre un mal es más fuerte que quien lo perpetra, aunque a veces no se vea claro. Las siete manifestaciones convocadas por la AVT han venido a demostrarlo. Contra la hostilidad de demasiados y la tibieza de algunos, frente al aburrimiento, a pesar del frío o del calor, pidiendo justicia y firmeza, jamás venganza, las víctimas lo aguantan todo. Por eso ganarán. Lo merecen.
[Grupo Joly]
"A estas alturas la banda tiene que haberse percatado..."
ResponderEliminarPienso que de lo que se ha percatado es que la reacción de ese movimiento cívico dependerá del partido que esté en el poder.
Yo estuve allí. Hacía un frío que escarabaya el pelleyu, que diría un asturiano, pero había muchísima gente -cualquiera se atreve a dar cifras- mostrando su apoyo a las víctimas.
ResponderEliminarLa tentación es cansarse, porque los frutos parece que tardan en llegar, pero hay que resistir.
Al final la mayor victoria de la democracia será la de una sociedad civil sana, responsable e independiente, que exija a los políticos el reconocimiento y la salvaguarda de los derechos básicos de la persona.
Hola Quique. Una pregunta ¿Te ha subido el volumen de visitas al blog? Lo pregunto pq he visto que en el de Pio Moa, ha hecho referencia a tu artículo de hoy.
ResponderEliminarOtra cosa, como recuerdo que hace tiempo se comentó que era una biznaga y hoy me ha llegado este enlace. Lo dejo acá para que quien tenga curiosidad aprenda.
www.youtube.com/watch?v=kV02ioNLOMc
Châpeau! Confieso con dolor, haber pensado que las víctimas de ETA se manifestaban "una vez más", pues en efecto, el ritmo frenético que nos impone el día a día parece exigir cambiar de noticia y de cara a cada instante. Y las víctimas, siguen ahí, erre que erre, conscientes de ello probablemente, reclamando su "cuota" de justicia. Terrible indignidad la del Estado de Derecho, si se "cansa" o se aburre de las víctimas; terrible ruindad la soltada por el ínclito Pepiño Blanco (por la boca muere el pez).
ResponderEliminarEstoy con Batiscafo, la tentación es tirar la toalla, pero hay que resistir. Y nosotros con ellos. Frente a la desmemoria de algunos, la memoria erguida y orgullosa de los muertos, los mutilados, los huérfanos y viudas, hermanos, parientes y amigos de los asesinados por la ETA. Y al final, ellos ganarán. Porque en la Historia -la de verdad, la que cuenta- siempre ganan los buenos.
Un abrazo, después de una temporada de silencio no buscada.
Perdona, Enrique, la V. era yo. Un abrazo otra vez.
ResponderEliminarMe cuentan que en la concentración en paralelo que hubo en Barcelona más de un comentario era "pocos han matado". Así, con un par. Lo de la equidistancia nunca me lo he creído, sobre todo cuando viene de alguien que montó el GAL. Agua pasada que aún no se ha resuelto. Pero siempre nos quedará Cancún, mirar hacia otro ldo y pasar del todo. Pesimismo en la Barcelona de los abortos masivos, no da para más.
ResponderEliminarEnrique buen artículo. Ya que hablas de Camilo José Cela también cabe señalar otra frase de él, "a siete años de un suceso, el suceso ya es otro". Pueden ser siete como cuarenta años, algunos familiares de las víctimas del terrorismo ya no protestan por sus familiares, tristemente, fallecidos, sino por la venganza que tienen sobre esta banda terrorista que no merece ni que se nombre. Quizás ese sea el motivo de tanta manifestación y de la pasividad del gobierno ante este tipo de actos actualmente. En mi opinión personal, me parece bien que se manifiesten por lo mismo que tú has dicho, que sepa "la banda" que hay gente que luchará por los derechos de los ciudadanos a toda costa.
ResponderEliminarUn saludo.
Ahora insiste una y otra vez en el error de negociar con ETA, pero cuando Mayor Oreja formaba parte del Gobierno no pensaba igual. El 30 de enero de 2000 y ya rota la tregua que la banda inició tras la llegada de Aznar al poder, el entonces ministro de Interior declaraba, según una entrevista recogida por El Diario de Sevilla, que “estaría dispuesto a sentarme con ETA” de nuevo. Entonces señalaba que parecía lejano porque se esperaban atentados inminentes, pero que si no había muertes y los terroristas declaraban “otra tregua indefinida, que lo harán, evidentemente se habrá creado otro escenario”.
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