He tenido que esconderle las tijeras al barbero en mi
reseña de Bekes para Poesía Digital, que se me embalaba. Entre los fragmentos que no he citado, este primer cuarteto del segundo soneto del díptico "Al Dios que se ha eclipsado":
No me juzgues, Dios mío, con la vara
que se volvió serpiente sobre el suelo;
júzgame por la rosa del anhelo,
por la zarza en que quise ver tu cara.
[...]
Juzgar por el amor. Eso si es justicia; lo nuestro, baratijas.
ResponderEliminarAdmirado señor García Máiquez gran fragmento con el que nos ilustra hoy. Debo preguntarle por su participación en los artículos de opinión del diario "El día".
ResponderEliminar¿cada cuánto tiempo publica el diario sus artículos?
¿cuántas veces esa vara que repta entre la decepción por sus alumnos se vuelve zarza ardiente de saberes al descubrir en su rostro el deseo de aprender?Le deseo que sea cada año, en esa bonita vocación que es la docencia.
Le aplaudo.
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ResponderEliminarEscribo en "El Día" cada miércoles, que eso sí que es (dar la) vara. Gracias por el interés, colega.
ResponderEliminarUn gran fragmento. Gracias.
ResponderEliminarQué buena reseña y qué descubrimiento este Bekes.
ResponderEliminarMuchas gracias por "Verona". Esto es lo que llamamos poesía.
Te consulto habría alguna dificultad en que vinculáramos tu crítica al libro de Alejandro a nuestra página?
ResponderEliminarDesde ya muchas gracias.Fernando Belottini. www.autoresdeconcordia.com.ar
Todo lo contrario: os quedaría muy agradecido. Abrazos transatlánticos.
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