--------------------------------(Apuntes para una mesa redonda)
La cultura siempre ha sido referencia y diálogo, pero ahora los links convierten ese diálogo en un automatismo que se impone.
En las páginas de papel las intertextualidades o incluso cualquier nombre propio ("Un nombre propio es una imagen", recordaba Álvaro García) nos mandaban, bien que mentalmente, a otro texto o a una fotografía o a un recuerdo o a una biografía. El click sonaba en la memoria.
(Releo el párrafo anterior y veo que los paréntesis tienen un punto de link pre-digital, con su cita dentro.) También funcionan como links sobre el papel, fuera de la cabeza del lector, las notas a pie de página.
Lo último da pie para empezar a poner pegas, que es a lo que vine. Las notas a pie de página son casi siempre auténticas zancadillas a la lectura. La literatura debería ser algo fluido, donde palpita una temporalidad propia, una música interior que no se aviene bien con el arriba y abajo, abominables flexiones, de las notas. Del mismo modo o todavía peor, los links resultan incómodos grilletes en los tobillos: no nos dejan andar por el texto, además de privarnos del placer de la evocación y el reconocimiento.
Quizá fuese conveniente, pues, evitar los links cuando la información a la que nos remiten puede encontrarse con una sencilla búsqueda del interesado, si lo hubiera o lo estuviese. Si el escritor del blog lleva su natural bondad hasta el extremo de evitarle al lector el tenue trabajo de teclear en la barra de Google, podría hacer al menos su enlace con otro color, se me ocurre. Lo mismo cuando el enlace tiene un mero valor documental. Lo mismo el trampolínk, que es una simple señal de tráfico.
Los enlaces son capaces de cumplir, afortunadamente, funciones importantes. Primero, como susurraba anteayer, cuando son los aplausos de la blogosfera. Tienen entonces una misión de vida o muerte: marcar la excelencia. El click-click o el trash-trash del machete que abre un camino a través de la jungla. Por último, el link debe aspirar, incluso, a la entidad de recurso literario. ¿Cómo? Cuando juega con el factor sorpresa: ilumina si la página a la que te lleva revierte significación (y no sólo información) sobre la propia.
A veces, lo mejor está en las notas.
ResponderEliminar¿Y el botón derecho + pulsar 'abrir en una nueva pestaña' en Firefox y en el Internet Explorer 7?
ResponderEliminarEnrique, hermano, lo que tienes de meta-poeta no matará el gran poeta que eres. Y que conste que estos meta-enlaces (conceptuales) me encantan.
ResponderEliminarQue el hipertexto no se coma al texto, que el hiperpoeta no se coma al poeta.
ResponderEliminarMuy bueno poner en las etiquetas también que esta es una entrada de lunario.
ResponderEliminarA veces los enlaces se me asemejan a esos cuadros que ponen en las notas en las revistas (¿cómo es su nombre?) que resumen un aspecto del artículo o son complementarios.
Lo que pasa muchas veces es que uno sólo lee esos cuadros y no el texto. Eso rara vez pasa con los links. Pero lo que ambos tienen en comun es que desordenan el avance de la lectura (a tipos muy estructurados como yo, por supuesto).
Bueno a ver, por dónde empiezo..
ResponderEliminarMe ha gustado estar en tu casa..me siento algo pequeñita, al ver lo bien que escribes...
Los poemas que he leído , geniales de verdad,variedad y para no aburrirse.
Así que bueno, volveré..
Saludos.
¿No era Whitehead quien decía que toda la historia de la Filosofía no era sino notas de pie de página al divino Platón?
ResponderEliminarY aún siendo así, como en efecto es ¿podríamos prescindir de tales "notas a pie" de la magnitud de un Agustín, de un Anselmo, de un Tomás, de un Pascal o incluso -incluso- de un Kant?
Y hay que recordar que, "hay más realidad en el cielo y en la tierra, Horacio, que en toda tu filosofía"...
Por eso viene bien el Eclesiastés de Chesterton:
"There is one thing is needful -everything-
The rest is vanity of vanities".
Los Links son como las notas del autor o del traductor vago.
ResponderEliminar-¿que es la vagancia? explícamelo
-La vagaaan....
De acuerdo, y mucho, con la zancadilla que ponen las notas al pie. De acuerdo, pero menos, con los grilletes de los links. Gracias a uno de ellos he llegado hasta aquí y leído tu reflexión. En todo caso, los links son estaciones intermedias en las que nadie te obliga a bajar del tren-ratón. Y además se iluminan al pasar.
ResponderEliminarSaludos de un recién llegado.