jueves, 1 de mayo de 2008

Una bandada de pájaros de un tiro

Cuelgo aquí un poema de Miguel d'Ors para celebrar el día del trabajo con el trabajo del prójimo, para aprovechar el ídem de habérselo picado a V., para soltarlo a volar por el ciberespacio, para que ustedes lo disfruten y también, por qué no, para gozar un poco de mi ración del placer de sentirme detestado etc.

Primero la solicitud, luego mi carta.

E., cómo va todo? Largo tiempo hace que no hablamos ni nos escribimos. Y encima, ahora, con el océano por medio, que todo lo dificulta. Bueno, te escribo para preguntarte una duda y así de paso aprovecho para saludarte y preguntarte cómo van las cosas.

La pregunta inquiere dentro de tus vastos conocimientos de la obra de Miguel d'Ors. A mí me suena, pero no estoy seguro, que Miguel tiene un poema donde hace una versión chocarrera del poema de Alberti, luego ironizado por Gil de Biedma, que pasa de "Yo nací -respetadme- con el cine", del primero, a un "yo nací (perdonadme) / en la edad de la pérgola y el tenis" (cito de memoria) del segundo, hasta un posible poema de Miguel donde este escribe "Yo nací (sujetadme)..." ¿Puede ser? ¿O me estoy confundiendo de poeta, y no es Miguel el autor del tercer poema? el problema es que el tomo que preparaste de su poesía lo tengo algo lejos, en Córdoba, a 7.000 km de distancia, y pensé que preguntártelo a ti era como consultar el libro. Si fuera de Miguel, y sabiendo que lo tienes en word, de cuando preparaste la edición, ¿te importaría copiármelo? Disculpa que te pida tantas cosas, pero es que la distancia corta los brazos.

Cuéntame cómo te van las cosas. Yo estoy fenomenal aquí en el desierto, tengo por fin tiempo de pensar, escribir y hacer.

Un fuerte abrazo,

V.

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Querido V.;

Leí tu e-mail en un viaje, sin mis bastos conocimientos d'orsianos a mano (en forma de libros) y tampoco encontré el poema que me pedías, efectivamente suyo, en la red y menos en mi memoria de forma completa. De modo que todo se quedó en la enorme ilusión de tus buenas noticias desérticas.

Volví a mis líos y otros correos sepultaron el tuyo. Ahora, de pronto, he recordado tu pedido y corro a escarbar en mi bandeja de entrada para contestarte, ay. Ahí va lo que hay
.

...............JURO QUE ERA FELIZ

Juro que era feliz. Siempre estaba lloviendo,
pero nosotros éramos Pizarro o Don Pelayo
y sobre el tiempo roto enarbolábamos
(con un gesto Cifesa)
el estandarte azul de los ensueños.
Aquel clamor de espadas, cruces, reinas
de Castilla, aviadores, luceros... (En los patios
oscuros, mientras tanto,
rumor de radios y batir de huevos).

Yo nací -sujetadme-
en la edad que os estáis imaginando y juro
que era feliz.
(No sé muy bien qué busco
escribiendo estos versos: si rescatar la luz
mágica de la infancia, o la satisfacción
de urdir un artificio de imágenes y ritmos,
o -lo que es más probable-
este placer divino de sentirse
detestado por toda la canalla).


....................................................Y un abrazo,
.....................................................................E.

8 comentarios:

  1. Anónimo11:49 a. m.

    Solo una pequeña anotación. Tus bastos conocimientos d´orsianos, ¿no serán más bien tus vastos conocimientos d´orsianos?

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  2. Je, je, eso mismo pensaba V., tan generoso como usted, sr. anónimo. Muy agradecido.

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  3. Buena manera de celebrar el día del trabajo: que trabajen otros. Yo me he apuntado a lo mismo en mi blog, aunque, al final, eso ha sido mayor trabajo aún. Buena feria, Enrique.

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  4. Ejemplar intercambio de cartas, como si de papel se tratara, a juzgar por lo que tardaste en contestar a V.
    Igual de agradecidos que V estamos tus lectores. Digo yo, o al menos, yo.

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  5. ¿Quién osa puntualizar a Enrique? Sus conocimientos bien pueden ser bastos, y romos, como los de todos. Abrazos,

    V.

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  6. Anónimo8:29 p. m.

    No era así. Mi necesidad de saber era acuciante. Vicente LLamas. Creo saber quién es, tan sólo deseaba (y deseo) reafirmarme anónimamente en su poesía.

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  7. Buen poema, y buena idea la de publicarlo en el blog precisamente en esa fecha. Hace unos días un colega -yo soy profesor de Lengua y Literatura- me preguntaba por un artículo de Julián Marías titulado La vegetación del páramo, y tuve el gusto de buscarlo en internet, encontrarlo y pasárselo. Tiene algo que ver con este poema, y su mérito es mayor si tenemos en cuenta que está escrito además por uno de los pocos intelectuales que no se acomodó al régimen, mientras otros -famosos antifranquistas de última hora- juraban fidelidad al Movimiento sin que eso les quitara el sueño.

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