¿habeís comprobado el volumen del ordenador? No el de youtube, sino el altavocito de abajo. Yo tampoco oía nada, hasta que un alma caritativa (o mosca, porque con veinte no oía ni el de 30) se dio cuenta de que lo tenía al mínimo. Y suponiendo que no fuera eso, ¿para qué hace falta oír zumbidos? Cuantos menos mejor, sobre todo de los que yo me sé.
Me ha hecho mucha gracia el invento. Lo contaré en la tertulia que suelo tener con mis amigos.
ResponderEliminarMiré los muros de la patria mía...
ResponderEliminarConsuélate un poco Enrique: yo tampoco oigo el de los 40, y me quedan ocho para llegar hasta ahí.
ResponderEliminarDios te lo pague, Javier.
ResponderEliminar¿habeís comprobado el volumen del ordenador? No el de youtube, sino el altavocito de abajo. Yo tampoco oía nada, hasta que un alma caritativa (o mosca, porque con veinte no oía ni el de 30) se dio cuenta de que lo tenía al mínimo.
ResponderEliminarY suponiendo que no fuera eso, ¿para qué hace falta oír zumbidos? Cuantos menos mejor, sobre todo de los que yo me sé.
Ni subiendo el volumen. Así que me consuelo, amable CB, con la segunda parte: ¿para qué zumbidos?
ResponderEliminarJo, que yo tampoco oigo el de los cuarenta, y me quedan ....años para llegar ahí.
ResponderEliminarY que conste que yo he subido el volumen al máximo, y ni por ésas. Tapia total.