Se ha escrito demasiado sobre la página en blanco; pero sobre la página en blanco antes de ponerse a escribir, cuando el verdadero vértigo es la página en blanco después de haber escrito. Ésa que queda debajo y va asomándose, silenciosamente, mientras uno corrige. Qué estupor comprobar que todo lo que quitamos mejora siempre el texto. O casi todo y casi siempre. Cómo se agrandan, poco a poco, el espacio entre líneas y los márgenes.
Viene muy bien recordar aquí este aforismo de JRJ: Arte es quitar lo que sobra.
ResponderEliminarJRJ da en el blanco y a mí me pone colorado: con qué pocas palabras lo dice todo y mejor. Gracias, CRM.
ResponderEliminar¡Uy! Enrique, que bajo este prisma me quedo sin tesis...
ResponderEliminarY si lo ves en plan optimista se podría decir también que lo más valioso de lo que escribes es lo que se lee entre líneas y lo que tus lectores apuntan en los márgenes.
...y sin embargo, lo mejor, lo real, siempre está en lo que no se escribe, porque no hay palabras tan certeras como para transcribir la pureza de la Inspiración...
ResponderEliminarYo siempre he pensado que el motivo de la hoja en blanco no es más que una versión popular de la "captatio benevolentiae".
ResponderEliminarSalud,
Tlön