martes, 9 de septiembre de 2008

Piscinas cubiertas, coches descapotables, premios literarios...

La envidia es tonta. Me tienta
no con lo que a mí me gusta,
sino a ella.

6 comentarios:

  1. Agudísimo.

    Como aquel ideal de los demonios de Lewis: que nos pasemos la vida haciendo, ni lo que debíamos, ni lo que nos gustaba.

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  2. Anónimo10:32 a. m.

    grande, breve y en el clavo, ains lo que nos enseñas Enrique!!!

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  3. La envidia es tonta, tontísima, pero de un puñetero...

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  4. Lo malo los que dicen que
    la envidia es tanta...

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  5. Anónimo3:15 p. m.

    Eres un genio. Cualquier día te llevas un disgusto.

    A mí tampoco me gusta la ropa cara, ni las joyas, ni los muebles de caoba, y no es por el "están verdes" de la zorra, aunque bien podía, es que de verdad no me gustan... pero mira que da rabia que no lo sepan.

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