viernes, 31 de octubre de 2008

Me alegro

De lo primero que me alegro es de que milagrosamente no hubiera víctimas en el atentado. Después de confirmarlo con rápidos SMSs, también me alegré mucho de que el objetivo terrorista fuese la Universidad de Navarra, mi querida antigua Universidad. Que los malos te distingan con su rabia y, más concretamente, los terroristas —tan primarios— con sus coches-bomba es una estruendosa prueba de que las cosas se están haciendo bien.

No diré que es la única prueba ni la mejor porque existen el cariño de los buenos y el aprecio de los inteligentes, pero es una prueba muy rotunda. Alguno podría decirme: “Hombre, Máiquez, mejor que no nos pongan bombas”. Y yo replicaría: “Si es porque ETA está aplastada y todos sus miembros en la cárcel, por supuesto”.

Pero mientras repte, me honra que mi Universidad la provoque. Es como en el ejército, si me perdonan el símil. Todo militar se enorgullece de que su compañía está en primera línea de fuego, y no otra.

Decirlo en Cádiz es más fácil, claro, pero yo, desde mi puesto, hago lo que puedo y, aplicándome la doctrina O’Connor de que mi gran oportunidad para la santidad es que me hagan mártir, estoy convencido de que mucho mejor que morirme de una larga enfermedad o de un inútil accidente de tráfico, sería caer por Dios y/o por España en un atentado terrorista. Eso sí, por si me leen los muy cabrones, conste que prisa no tengo ninguna.

9 comentarios:

  1. Error. Le otorgas a los hijos de puta la capacidad de señalar, de otorgar dignidad a quien muere a sus manos. En el fondo, la frase "algo bueno tendrá si van a por él" no es muy distinta (conceptualmente, digo) de la repugnante fórmula filonacionalista, "algo habrá hecho".

    Mal camino es ese. Si haces recuento, ETA ha matado a gente buena pero también a cabrones redomados, y mayormente a ciudadanos del común con sus cosas buenas y malas. Que te maten no añade nada a tu biografía. Esa gentuza no es quién para hacer bueno a nadie.

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  2. Touché, perspicaz Ignacio, y sin embargo...

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  3. Eso mismo, "y sin embargo". Ignacio tiene un cuarto de razón, pero tú, Máiquez, tienes los otros tres cuartos. Yo he pensado que ETA no se merece una entrada y sólo he pueso un lazo con epígrafe.

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  4. Estoy con Ignacio. Esa gentuza no es quién para nada. Pero han de saber que no les tenemos miedo porque son tan lerdos que lo único que pueden hacer es matarnos. No son capaces de nada más ni por ellos, ni por lo que dicen defender.

    Así de mequetrefes, malos, estúpidos y asesinos son.

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  5. Anónimo12:42 a. m.

    Una vez más, magnífico.

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  6. Por otro lado, lo del martirio no me convence. De sobra sabemos que los que han puesto las bombas también aspiran a ser mártires, sólo que ellos por X y/o Euskal Herria (pongo X porque nunca se sabe: si el socialismo revolucionario, si el euskera, vete a saber lo que tienen en la mollera; pero que van a/de mártires no lo dudo).

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  7. Aunque me hunde un poco más la entrada, muchísimas gracias por la pertinente observación, Andoni. Lo grave es que me aboca a la siguiente reflexión: todo conflicto es un choque frontal de martirios. Sí, ya lo sé: ¡Uf!

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  8. No sé porqué, tratándose de terrorismo cobarde, que suene la palabra martirio y santidad tan cerca me hace rechinar los oídos y los dientes. No casa su aire divino por esas lindes.

    No obstante, el fondo que rezuma esta entrada es, como siempre, estupendo.Y la forma, por supuesto.
    Un abrazo

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  9. Yo voy a ser un poco más superficial: me encanta el final de la entrada. No tenga prisa, don Enrique... Me ha hecho sonreir con un tema tan serio. ¡Chapó!

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