Una tormenta de ideas con algún rompimiento de gloria
jueves, 30 de octubre de 2008
Nana
Preciosa esta nana de Manuel Alvar, con ese punto inquietante que tienen, no sé por qué, los cuentos populares, los poemas de Amalia Bautista y las películas de Walt Disney.
Duerme tranquila que los lobos no matan ciervas dormidas.
Temblando como una gacela, con los ojos abiertos como un gamo, uno le preguntaría al sabio académico poeta: "Oye, ¿seguro?"
Probablemente no, pero la que escuche la nana creerá que sí y se dormirá, que es de lo que se trata. Mentiras piadosas, pero eficientes. Coincido en que es una preciosa nana. Si no fuese inquietante, tal vez no sería tan preciosa, ¿no crees?
Quizá la belleza de la nana esté en lo que sugiere: los lobos no matan... mientras yo esté aquí, como estoy, cantándote. Por eso, como bien dices, el que escuche la nana se dormirá.
Pues a mí esa nana no me gusta nada. La encuentro convencionalmente "poética", con esa cursilada de la cierva (seguro que ni Alvar ni nadie la distinguirían de una corza, una gacela o una venada), y esa falsedad de que el lobo no se la comerá. ¡Pues claro que se la zampa, y dormmida con más comodidad aún! D. Enrique, nunca pensaría que a Vd. pudiera gustarle algo así de rosa.
Muchas gracias, último anónimo por la presunción de inocencia. Lo rosa (que efectivamente) es parte del género. Eso tienen las nanas, salvando las tremendas de Miguel Hernández, por supuesto.
No conozco, AnaCó, ninguna antología de nanas, pero si me entero, ya te diré.
Y al anónimo del Potosí y a mi tocayo confirmarles que la nana es de Alvar, en Sumíe, Madrid, 1979.
Por una vez coincido con el anónimo: no me gusta la nana. No me gusta la expresión "ciervas dormidas", me suena a viejo verde que se pone poético. Odio la imagen mujer=cierva o corza, o corderilla, aaaaarg qué grima. Lo de Gacela ya me parece un poco más poético de verdad.
Probablemente no, pero la que escuche la nana creerá que sí y se dormirá, que es de lo que se trata. Mentiras piadosas, pero eficientes.
ResponderEliminarCoincido en que es una preciosa nana. Si no fuese inquietante, tal vez no sería tan preciosa, ¿no crees?
Quizá la belleza de la nana esté en lo que sugiere: los lobos no matan... mientras yo esté aquí, como estoy, cantándote. Por eso, como bien dices, el que escuche la nana se dormirá.
ResponderEliminarEs preciosa. ¡Muchas gracias! Me entra la duda, ¿Conoces alguna buena antología de nanas?
ResponderEliminarQué bonito Enrique. Y qué polifacético eres, vamos, que vales un potosí.
ResponderEliminarpero de Alvar no será, ¿no? Será "recogida" por Alvar, supongo.
ResponderEliminarPues a mí esa nana no me gusta nada. La encuentro convencionalmente "poética", con esa cursilada de la cierva (seguro que ni Alvar ni nadie la distinguirían de una corza, una gacela o una venada), y esa falsedad de que el lobo no se la comerá. ¡Pues claro que se la zampa, y dormmida con más comodidad aún! D. Enrique, nunca pensaría que a Vd. pudiera gustarle algo así de rosa.
ResponderEliminarMuchas gracias, último anónimo por la presunción de inocencia. Lo rosa (que efectivamente) es parte del género. Eso tienen las nanas, salvando las tremendas de Miguel Hernández, por supuesto.
ResponderEliminarNo conozco, AnaCó, ninguna antología de nanas, pero si me entero, ya te diré.
Y al anónimo del Potosí y a mi tocayo confirmarles que la nana es de Alvar, en Sumíe, Madrid, 1979.
Por una vez coincido con el anónimo: no me gusta la nana. No me gusta la expresión "ciervas dormidas", me suena a viejo verde que se pone poético. Odio la imagen mujer=cierva o corza, o corderilla, aaaaarg qué grima. Lo de Gacela ya me parece un poco más poético de verdad.
ResponderEliminarRocío, yo creo que la mejor comparación es con la gacela de thompson, en concreto.
ResponderEliminarNo te digo.....