Jaja, Enrique, genial. Representa muy bien lo que los hombres... lo que las mujeres.. En fin...
Me ha recordado, aunque no tenga mucho que ver, a un breve ejemplo que da el genial Paul Watzlawick en su no menos genial "El arte de amargarse la vida", cuando dice aquello de:
" Un ejemplo muy claro de ello está en los consejos ya citado de Dan Greenburg a las madres judías: «Regale a su hijo Marvin dos camisas de deporte. Cuando por primera vez se ponga una de las dos, mírele con tristeza y dígale: ¿No te gusta la otra?»"
Maestro:
ResponderEliminarJAJAJAJAJAJAJA.
Jaja, Enrique, genial. Representa muy bien lo que los hombres... lo que las mujeres.. En fin...
ResponderEliminarMe ha recordado, aunque no tenga mucho que ver, a un breve ejemplo que da el genial Paul Watzlawick en su no menos genial "El arte de amargarse la vida", cuando dice aquello de:
" Un ejemplo muy claro de ello
está en los consejos ya citado de Dan Greenburg a las madres judías:
«Regale a su hijo Marvin dos camisas de deporte. Cuando por primera vez se ponga una de
las dos, mírele con tristeza y dígale: ¿No te gusta la otra?»"
Les dejo el enlace del libro:
http://www.opuslibros.org/PDF/Paul%20Watzlawick%20-%20El%20Arte%20de%20Amargarse%20la%20Vida.pdf
¡Fuerza y ánimo! Al final de ese calvario, da mucho gusto ponerse la ropa nueva
ResponderEliminar