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Ayer, en la estación de tren, según salíamos, un hombre de unos treinta y muchos años saludaba con una cara radiante de ilusión por encima de mi hombro a alguien que venía detrás de mí. Pensé: "Con menos años, sería su novia, pero..." Me volví, curioso, y vaya, efectivamente, estaba saludando a su madre.
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A cambio, en El Puerto, vi hace unos días a un matrimonio que durante su paseo se había encontrado con otra señora. Se habían parado los tres a saludarse animadamente. Algo no encajaba, sin embargo. Me fijé mejor y pude comprobar que el marido estaba vuelto, como con sorpresa y alegría, hacia su propia mujer.
A cambio, en El Puerto, vi hace unos días a un matrimonio que durante su paseo se había encontrado con otra señora. Se habían parado los tres a saludarse animadamente. Algo no encajaba, sin embargo. Me fijé mejor y pude comprobar que el marido estaba vuelto, como con sorpresa y alegría, hacia su propia mujer.
Bonito todo lo que aquí dices, de verdad.
ResponderEliminarUn abrazo
Los dos primeros enternecedores.
ResponderEliminarEl tercero no se si lo he entendido bien ¿se alegró de ver a su mujer yendo con otra? ¿volverá a sus orígenes?
Respetable Boo, el respetable siempre tiene razón, así que vuelvo sobre el tercero a ver si consigo dejarlo más claro. Gracias por el aviso.
ResponderEliminarAún corregido me sigue quedado difuso el tercero.
ResponderEliminarSaludos
Alfredo
Mil gracias, Alfredo. Subo a verlo y a ver qué puedo hacer por esa imagen o si realmente era no verbal e intraducible.
ResponderEliminarMe sumo a Boo y a Alfredo: por favor, explica un poco más.
ResponderEliminar...Porque bonitos son un rato, los tres.
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