Una tormenta de ideas con algún rompimiento de gloria
martes, 5 de mayo de 2009
El monstruo
Nota.- Como se puede leer en los comentarios, hice mi artículo sin recordar una referencia fundamental. Me borro y les dejo con los sabios comentarios.
La imagen de los dos amantes fusionados en un sólo cuerpo, con sus ocho extremidades, corresponde en realidad a una tradición antiquísima: se remonta, como mínimo, al mito de Andrógino que, en el "Banquete" (to symposion) de Platón, se pone en boca de Aristófanes. Pero, desde luego, en Platón la imagen sí funciona.
Yo de todos modos pienso que tenías razón en lo que decías en el artículo. El mito del andrógino tiene gracia, pero porque lo cuenta Aristófanes, porque si no, es profundamente falso. De hecho, bien que lo refuta Sócrates luego. Parte de una naturaleza humana errónea (¡doble de la actual; es decir que nosotros somos una miserable mitad, y todo porque los dioses nos tenían miedo y nos cortaron por el medio!; y donde está en germen toda la confusión de la ideología de género, (dicho sea entre paréntesis)). Y tampoco la imagen vale, que en Aristófanes estaban juntas las espaldas (no se me ocurre otra forma fina de decirlo). Aristófanes los compara a saltimbanquis, porque corrían que se mataban en todas las direcciones. Quizá a alguien le guste ser doble de lo que es, pero mejor ser un solo cuerpo (en el matrimonio, misterio grande por lo demás) y mejor estar todos unidos en el Uno (y no lo digo a la neoplatónica). En resumen, que la imagen de Tejada tiene que ver pero no es. Y lo que sí es pertinente es tu comentario a la 'focalización externa', a ver la escena desde fuera. Y pienso que un gran problema de la sociedad contemporánea es que se ha tragado el relato de Aristófanes.
La imagen de los dos amantes fusionados en un sólo cuerpo, con sus ocho extremidades, corresponde en realidad a una tradición antiquísima: se remonta, como mínimo, al mito de Andrógino que, en el "Banquete" (to symposion) de Platón, se pone en boca de Aristófanes. Pero, desde luego, en Platón la imagen sí funciona.
ResponderEliminar(Athini Glaucopis)
José Luis Tejada y Marzal, son dos poetas como la copa de un pino.
ResponderEliminarY el malabarismo tan real como lo cuentas.
Un abrazo acrobático.
Pd. Veo que ves.
Yo de todos modos pienso que tenías razón en lo que decías en el artículo. El mito del andrógino tiene gracia, pero porque lo cuenta Aristófanes, porque si no, es profundamente falso. De hecho, bien que lo refuta Sócrates luego. Parte de una naturaleza humana errónea (¡doble de la actual; es decir que nosotros somos una miserable mitad, y todo porque los dioses nos tenían miedo y nos cortaron por el medio!; y donde está en germen toda la confusión de la ideología de género, (dicho sea entre paréntesis)).
ResponderEliminarY tampoco la imagen vale, que en Aristófanes estaban juntas las espaldas (no se me ocurre otra forma fina de decirlo). Aristófanes los compara a saltimbanquis, porque corrían que se mataban en todas las direcciones. Quizá a alguien le guste ser doble de lo que es, pero mejor ser un solo cuerpo (en el matrimonio, misterio grande por lo demás) y mejor estar todos unidos en el Uno (y no lo digo a la neoplatónica).
En resumen, que la imagen de Tejada tiene que ver pero no es. Y lo que sí es pertinente es tu comentario a la 'focalización externa', a ver la escena desde fuera.
Y pienso que un gran problema de la sociedad contemporánea es que se ha tragado el relato de Aristófanes.