Brevial, digo genial. Enhorabuena por la elogiosa reseña que te dedica García Martín hoy en La Nueva España: lo que ha llovido empapa, incluso a los que nada quieren saber del Papa. Ah, y por la introducción a la antología de Pedro Sevilla: esa introducción también es antológica.
Acabo de leer la crítica...:O (aunque no me sorprende)¡Enhorabuena, Enrique! Diles a los de Númenor que manden ejemplares al norte, que yo quiero ser uno de esos 500 privilegiados.
Me sumo a las enhorabuenas por el "liblog" y por la crítica de La Nueva España. Por otra parte: de la cortesía y de lo corto, que es síntoma de largueza y generosidad.
"admiración y sonrisa": Lo clava. Y tres veces tres "prodigio": el que nos sorprende en cada página, el prodigio de observación y gracia, y el prodigioso arsenal de citas tan personales (¡Bravo por esa selección que es un acto de creación! Guárdatelo para aquél-aquella ingrato-a). Y el mejor argumento a favor del "funcionamiento" como libro es justo ése: que libros así se pueden dejar en herencia. Me empieza a caer muy bien G.Martín...y perdón por la descortosía.
Brevial, digo genial.
ResponderEliminarEnhorabuena por la elogiosa reseña que te dedica García Martín hoy en La Nueva España: lo que ha llovido empapa, incluso a los que nada quieren saber del Papa.
Ah, y por la introducción a la antología de Pedro Sevilla: esa introducción también es antológica.
Acabo de leer la crítica...:O (aunque no me sorprende)¡Enhorabuena, Enrique! Diles a los de Númenor que manden ejemplares al norte, que yo quiero ser uno de esos 500 privilegiados.
ResponderEliminarMe sumo a las enhorabuenas por el "liblog" y por la crítica de La Nueva España.
ResponderEliminarPor otra parte: de la cortesía y de lo corto, que es síntoma de largueza y generosidad.
Qué corto has estado hoy, quiero decir, qué cortés.
ResponderEliminarYa se sabe aquello de lo bueno, si breve... cortés.
Un abrazo.
Si, en las distancias cortas en donde mas falta hace.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu libro, esa si que es una obra compartida desde el primer momento.
Así da gusto madrugar, Enrique. Muchas gracias por el aviso, tan dulce.
ResponderEliminarY al resto.
"admiración y sonrisa": Lo clava. Y tres veces tres "prodigio": el que nos sorprende en cada página, el prodigio de observación y gracia, y el prodigioso arsenal de citas tan personales (¡Bravo por esa selección que es un acto de creación! Guárdatelo para aquél-aquella ingrato-a).
ResponderEliminarY el mejor argumento a favor del "funcionamiento" como libro es justo ése: que libros así se pueden dejar en herencia.
Me empieza a caer muy bien G.Martín...y perdón por la descortosía.