miércoles, 10 de junio de 2009

12:26 a.m. AP-4 Sevilla-Cádiz

La amistad silenciosa de la luna
(cito fielmente a Borges) me acompaña.
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12 comentarios:

  1. Y el trasnoche indebido de mi pantalla te acompaña.

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  2. Gracias Enrique, me dio alegría y fervor, poder verte.

    He escrito algo, tú has sido, más práctico, digamos, ya que has sufrido el coche.

    Un abrazo y felicidades.

    Un placer.

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  3. Mientras se esperan anécdotas de la presentación del nuevo libro, completamos nuestra imagen de un Enrique García-Máiquez moderno. Si ya es pionero al hacer libro un blogg, más lo es posteando mientras conduce.

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  4. Continúo bajo los efectos de la luna (casi) llena. Cuando ha sonado el despertador a las 6'15, Leonor me ha dado permiso para seguir durmiendo, que me acosté tarde, pero me he oído contestarle: "Bueno; esta noche será otro día".

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  5. Celebro que llegaras bien a casa, y en tan buena compañía.

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  6. Gracias por el rato de charla. Siento que hayas tenido que trasnochar. Menos mal que la luna siempre es un consuelo para poetas. Ex corde, Cotta

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  7. Sí, amigo Enrique, y también:

    El abrigo humilde del silencio.

    JLB

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  8. Qué gran amiga, la Luna (con ele mayúscula). Y qué ganas de leer una crónica de la presentación. Enhorabuena.

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  9. A mí me pasa igual. La luna en el autopista Sevilla-Cádiz es íntima y especial, no sé por qué. No sólo es la luna de Borges, que esa luna él no la llegó a ver.

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  10. Oh, Navascués. Cierto, cierto. A veces la poesía nos hace ver cosas que teníamos delante. No había caído yo (o subido yo) a esa luna especial de nuestra AP-4, pero es totalmente verdad, una verdad indemostrable. Gracias por señalármelo.

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  11. Yo no sé mucho de Borges, pero cada vez que me acompaña esa luna del autopista, es que a algún sitio estoy llegando tarde.

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  12. —Oh Álvaro, —hypocrite lecteur,—mon semblable,—mon frère!

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