martes, 11 de agosto de 2009

Crítico en crisis

No hay nada más burdo que querer ser sutil y quedarse colgado de la brocha. Esta reseña la escribí a seis manos con Vicente Núñez, que me susurraba a un oído: "Acudo puntualmente a la cita con el gongorinolaringólogo" y con Álvaro de Campos, que me recitaba al otro: "(Todas as palavras esdrúxulas,/ Como os sentimentos esdrúxulos,/ são naturalmente ridículas)". Por eso pensé que, mientras salvaba lo salvable, bastaba con poner algunos ejemplos. Pero el respetable entendió que ponía muy bien al libro. Fue un chasco esdrújulo. Ahora veo que este otro está encantado con la reseña que hice de su libro. Vaya. Todo me pasa por no leer más a Flannery O'Connor que ya avisó que la sinceridad y las buenas maneras no acaban de llevarse del todo bien. ¡Y yo, que quería estar en misa y repicando...!

9 comentarios:

  1. El problema es que la gente no sabe leer porque "lee" lo que quiere leer.

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  2. Anónimo6:35 p. m.

    ¿No es un poco prepotente llamar "este otro" a un buen poeta como Fernández Mallo?

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  3. Lectura desiderativa, podíamos llamarla entonces, Enrique.

    No me había dado cuenta de la prepotencia, sr. Anónimo, ni termino de verla. Pero le diré, buenas maneras ante todo, que lo siento muchísimo.

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  4. La verdad es que yo leí las dos en su momento y pensé que eran buenas críticas. Seré bobo.

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  5. Anónimo4:48 a. m.

    Sobre Fernandez Mallo: http://www.dvdediciones.com/vacaciones_lopezvega.html

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  6. No fuieste bobo, José Luis, sino que yo me perdí por la delicadeza. Seré más contundente en próximas críticas, y perdona por la confusion.

    Al anónimo, gracias por el enlace a M. L-V, que no tiene pelos en la lengua.

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  7. Cuando leí la crítica a Marzal me pareció una buena reseña, no en el sentido de elogiosa o halagadora, sino porque era un buen trabajo crítico, que señalaba los aciertos y también, más sutilmente, aquello que Enrique no encontraba convincente. Como dije en su momento, es una señal de magnanimidad no negar los primeros a quienes no son tus compañeros de viaje. Marzal es un gran poeta, y su obra es lo suficientemente rica y compleja como para satisfacer a lectores muy variados. Aunque su "ánima" abunde en las esdrújulas, recordemos cómo termina ese poema de Álvaro de Campos: al final son los que no escriben cartas de amor (con sentimientos esdrújulos) son los que resultan ridículos.


    De Fdz Mallo no puedo opinar, pues no conozco su libro...

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  8. Eso, eso. Sé inmisericorde en la siguiente.

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  9. Peor que lectura desiderativa: no es que sólo se lea lo que se quiere leer, que también, es que me da la impresión que FM no ha leído la reseña de Enrique, o no ha querido hacerlo en serio. Al fin y al cabo, al marketing postmoderno lo que le importa no es que se hable bien o mal, sino que se hable del producto, sin más. Todo vale, pues. Pero la tesis de Enrique en la reseña (“lo novedoso se sostiene sobre lo tradicional”) es precisamente lo que la (post)poética de FM se empeña en negar, calificándola de “modelo duracel” imposible de llevar a la práctica en la poesía española contemporánea. O sea, que se está haciendo el loco y no entra al trapo.

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