Q.Q.:
Como sé que te gusta explorar las interioridades del lenguaje, te hago partícipe de lo que acaso no sea más que la interpretación equivocada de unas palabras.
El caso es que leyendo una autobiografía de S. Antonio María Claret, pero resumida por otra persona, encuentro la expresión “dejado a la mano de Dios”. Me sorprendo, porque siempre había oído decir “dejado de…” A continuación deduzco una diferencia entre las dos expresiones: La primera significaría algo parecido a encomendar un asunto o persona a Dios; mientras que la segunda vendría a suponer que Dios se desentiende o despreocupa de algo o de alguien. Mas, al día siguiente, caigo en la cuenta de que cuando decimos “deja ese asunto de mi mano” estamos tomándonoslo muy en serio. De donde resultaría que las dos expresiones (dejado a y dejado de) vendrían a significar lo mismo. Sin embargo, me parece que la expresión usual, es decir, la segunda, permite albergar esa idea errónea de que Dios pasa de alguien.
Un abrazo.
Tengo entendido que más bien es "deja ese asunto en mis manos". Y también tiene su paralelo "vamos a dejar esto en manos de Dios"; de modo que n estoy segura de que se pueda asimilar el "dejar de" al "dejar a"... Y ahora te los dejo a ti.
ResponderEliminarMe parece que la ambigüedad se produce por una cierta visión "residual" de la Fe: lo último que queda cuando no podemos hacer nada. "Eso esta dejado de la mano de Dios", es decir, que nadie se ocupa de ello, salvo Dios, que siempre está, pero de quien no se espera gran cosa en realidad.
ResponderEliminarPues en sevilla se escucha mucho: "estas dejado de la mano de Dios". Una expresión que también uso yo mucho. Pero es curioso como "Estar dejado de la mano de Dios" expresa descuidado, pobreza, vestir malamente, comer malamente, lo esencial para vivir sano... la "dejadez" que decimos muchos en Sevilla. Otra vez aparece el vervo dejar...
ResponderEliminarDice la RAE:
ResponderEliminardejar de la ~ algo.
loc. verb. Abandonarlo, cesar en su ejecución.
dejar algo en ~s de alguien.
loc. verb. Encomendárselo, ponerlo a su cuidado y arbitrio.
Más allá de correcciones gramaticales, lo cierto es que la lengua es eminentemente connotativa. Y cuando se trata de Dios,parece que es malo tanto estar en sus manos como dejados de ellas.
En general se deja alguien "en la manos de Dios" cuando no se puede humanamente hacer nada por él. Si algo está "dejado de la mano de Dios" quiere decir que está en tal estado de abandono que parece que ni Dios se ocupa de ello.
ResponderEliminarYo creo que Dios se ocupa de todas las cosas. Lo cual no quiere decir que su opinión (como sus planes) sobre lo que es ocuparse de algo coincida con la mía.
Lo que supongo que es falta de fe o blasfemia.
Hombre, Beades, qué alegría verte por aquí: me tenías dejado de la mano de Dios.
ResponderEliminarY como todos señaláis con buen tino, además de las interioridades del lenguaje, esto nos aboca a las interioridades de la fe. Gracias por los comentarios.