Uno de los blogs que leo con más gusto es el de Wesley Jackson. Tiene un tono delicioso, un subtítulo insuperable, un personaje encantador y mucha gracia. Me gusta tanto que me voy a permitir darle un cosqui, que se lo merece (en los dos sentidos).
Cuenta que en vez de ir al preestreno de Paranormal Activity fue a la presentación de un libro de José Jiménez Lozano. Hizo bien.
Describe a JJL., y lo hace muy suelto, pero bien.
La reseña de la presentación del libro no está nada mal. Los que somos de provincias y no podemos asistir a esos eventos capitalinos se lo agradecemos.
El cosqui viene a continuación. Resulta que W.J. ha ido en un par de ocasiones (así, en stylo casual) a visitar al maestro Jiménez Lozano a su casa de campo de Valladolid mientras que reconoce que no le ha leído gran cosa: una novela, alguna poesía suelta y dos o tres cuentos. ¡Vaya con Wesley!
Sobre todo, no sabe lo que se pierde, como Jesús Beades el caritativo le señala muy suavemente en comentarios. Pero además, ¿qué concepción tiene de la literatura, eh? En el fondo, hasta los más listos y sensibles (y W.J. lo es) se piensan que los escritores son gente aburridísima a la que viene bien que visitemos un rato, como a los enfermos, en plan obra de misericordia. ¿Se imagina alguien a un forofo del Barça dejándose caer (en un par de ocasiones) por la casa de Messi? Y un forofo, aún. Sé de alguien que lee, colecciona y relee todo lo de JJL, incluso sus artículos del Diario Palentino, y que luego, porque todo le sabe a poco, le rinde alguna visita de homenaje a Petit Port-Royal, y eso entonces está justificado. Pero, volviendo al símil futbolístico, ¿qué pensaríamos si, en vez de un forofo de Messi, el que llama a su puerta es uno que vio dos goles una vez en un telediario y, oye, no le parecieron mal y, en fin, más que nada, no sé, va para contarlo, y por el chorizo argentino que saca de aperitivo, y por lo decorativos que quedan esos balones viejos que guarda de recuerdo el crack por los rincones?
Moraleja: no invitar a comer así como así, ni a un afable café.
Si respondiese parecería que estaría dando explicaciones innecesarias, ¿no? Bueno, en tal caso, prefiero no hacerlo y simplemente decir que muchas gracias por los elogios inmerecidos.
ResponderEliminarNo sé si el cosqui, pero los elogios no son inmerecidos.
ResponderEliminarOiga, ¿qué le ha hecho el Diario Palentino?
ResponderEliminarAl anónimo:
ResponderEliminarSi es como a mí, el Diario Palentino le da a EG-M la inmensa satisfacción de leer los artículos de JJL, alimento para el alma.
Sólo decir que Wesley no se ha enterado de nada. La presentación corrió a cargo de Enrique Andrés Ruiz, por deseo expreso del propio Jiménez Lozano. Dicha presentación, como todo lo que escribe Enrique, es de una altura desusada en la literatura y la filosofía españolas. Puede que Wesley no sepa quién es Enrique (al menos, no cita su nombre), y está en su derecho, pero que se encuentre ante ese lujo de discurso y reaccione tan superficialmente dice muy poco de su formación. Además, en las palabras de Jiménez Lozano no hubo el menor asomo de ironía, sólo agradecimiento hacia una persona que respeta y admira.
ResponderEliminarAh, vaya. Me había imaginado por la descripción otro presentador, y otro tipo de presentador. En fin, dos cosquis, con cariño.
ResponderEliminarY anónimo, le responde a usted JuanMa a la perfección.
Gracias a todos.
De Jiménez Lozano me encantan sus artículos, pero recientemente he empezado a leer su último libro de cuentos, "Azul profundo", y no he podido con él... Y eso que es corto. ¿Será que no le he cogido el punto?
ResponderEliminarSi te encantan sus artículos, jaimemarlow, puedo diagnosticarte que lo de tu pulsión suicida es agua pasada. Pocos autores tienen un amor a la vida tan grande como él. Léase el poema "El precio". A mí El azul sobrante me ha gustado muchísimo, pero no hay por qué comparar y conviene darle a cada libro su tiempo y esperar su momento.
ResponderEliminarVaya, ¡aquí escribe gente a la altura del mismo autor del blog! El mismísimo señor Mesanza. ¿Debería presentar mis respetos?
ResponderEliminarLo que escribí, lo vuelvo a leer, y no cambiaría ni una coma. Me parece estupendo que el señor EAR sea amigo de don José, que el propio don José le invitase para la ocasión, etcétera etcétera. Eso no cambia nada de la impresión que yo tuve, incluida la ironía latente de don José y el plomazo del señor EAR.
Ahora bien, todo puede ser que, como el señor Martínez Mesanza indica, yo sea un zopenco superficial y sin formación. Válgame el cielo y que Dios me perdone el día del juicio, oh, oh, ¡vamos apañados!
Francamente, no entiendo un post que convierte en cabeza de turco a un chico de 23 años (¿dónde estábamos nosotros cuando teníamos 23 años, por cierto? ¿dónde están los que tienen ahora 23 años?) imputándole cierta concepción -no sé en qué fundada la imputación- de la literatura y sus cultivadores, cuando, más allá de las apreciaciones del acto -que, como las de todos, son puramente subjetivas- y del conocimiento no exhaustivo de la obra del autor, lo que se detecta, yo al menos lo veo así, es afecto hacia JJL y admiración por su humanidad.
ResponderEliminarEsté tranquilo, don Enrique, que viendo cómo se las gasta, me extrañaría que se organizaran excursiones de (ex-)colegiales con profe de literatura para rendirle piadosa visita en Vistahermosa. Con cariño...
No has diagnosticado bien, por lo menos en este caso, E. G-Máiquez.
ResponderEliminarA JJL se le nota el amor a la vida, pero también se le nota una melancolía por un mundo ya pasado que (por lo menos a mí) me resulta un poco deprimente.
Además, las cosas no son tan simples. Las lecturas ejemplarizantes no siempre funcionan, y la pulsión suicida no se tiene por qué arreglar leyendo lecturas más o menos edificantes. De hecho, pueden tener el efecto contrario, si esa pulsión no obedece a circunstancias externas, sino a internas, como es mi caso: pura estupidez autodestructiva, combinada con ganas de llamar la atención y pereza. Y, en el fondo, un nihilismo que me deja sin hacer pie.
Vaya, Jaime Malow, siento mucho haberme equivocado. En todo caso, antes de tomar la decisión fatal del suicidio, lee el poema "El precio".
ResponderEliminarAnónimo, me alivia usted: ser visitado no es una ambición mía. Y me ayuda: puse lo de la cabeza de turco en una corrección posterior para suavizar la entrada, pero el tiro me salió por la culata (de turco); lo corrijo ahora mismo, encantado de que cuando me equivoque venga alguien, aunque sea anónimo y presumiendo de conocer casi mi dirección postal, y me ayude a afinarme. Gracias, con cariño. Y me asombra usted: qué superprotección a un hombre (¿o post-adolescente se llama ahora?) de 23 años. Y me preocupa que siendo mi entrada, en cómputos globales, tan favorable (sinceramente, repito) a W.J. y su blog, se quede usted en huy, huy, lo que ha dicho...
Aprovecho la ocasión para aclarar que en ningún caso pretendo prejuzgar la actitud de JJL. Él puede estar encantado con que le visiten a la hora de comer los desconocidos. Sería otro motivo, uno más, aunque no el mayor, para admirar al maestro, al inimitable maestro.
No quisiera que por mi causa se atacara a EGM, y menos aún desde el fácil anonimato.
ResponderEliminarEnrique, no te preocupes, que yo sí he entendido el post, aunque aquí cada cual tenga su visión de las cosas. Como ya digo en mi blog, tus razonamientos por lo menos me han parecido razonables y respetuosos, aunque no los comparta al 100%. Y vuelvo a agradecerte aunque solo sea la mención, porque -fíjate lo pragmático y tontaina que es esto- ayer batí el record de visitas de mi blog... y la mayoría venían de aquí mismo.
Mi buen Enrique, yo estaría encantado de tomar un café contigo. Ahora bien, tendrás que entender que no lo hago como seguidor de tu poesía (he leído poco, pero algo, y me gustó, dicho sea): soy un pésimo lector de poesía. Lo haría como 'colega bloguero', si tal cosa existe. O al menos como pago a las casi 100 visitas que me regalaste ayer al blog.
El café de mi cuenta, dicho sea.
Muchas gracias por todo, Wesley.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarComo hace mucho que lo leo y estoy familiarizado con su ironía, me temo que no supe leerlo bien: no vi yo la entrada, en cómputo global, tan favorable. Por el contrario, me pareció profundamente injusta (e injustificada). Entre otras cosas, porque para dar un cosqui caritativo (si es que acaso fuera necesario, que me parece que no) basta con dejar un comentario en el blog del autor, no hay necesidad de dedicarle un post que deja a WJ a los pies de los caballos de Martínez Mesanza. Con esa moraleja por guinda, además.
ResponderEliminarPero como no hay mal que por bien no venga, además de que WJ lo ha leído a Ud. con mejores ojos que yo, celebro finalmente que el cosqui se haya saldado con un record de entradas en el blog del afectado.
Feliz 2010
¿Cuál es más deprimente: el mundo feliz que llega -ya está aquí, según JJL-, o el que dejamos?
ResponderEliminarComo dice mi primo Jacinto, ya jubilado, este mundo -valores, costumbres, etc.- no es el nuestro, aunque no tenemos más remedio que adaptarnos a él mientras estemos vivos. Si su hijo se "arrejunta" en vez de casarse, ¿qué puede hacer él, desheredarlo? Sólo tenemos que procurar mantener nuestra dignidad y alegrarnos en nuestros adentros con lo importante. Para eso me vale la luz de la candela de JJL, para aprender a distinguir.
Jaime Marlow, pero ¿no has leído mi entrada misantrópica y mi defensa numantina de la intimidad justo en esta entrada?
ResponderEliminarAnónimo, ni el cosqui tenía la intención de ser caritativo ni yo he dejado a nadie a los pies de los caballos de nadie (la imagen, sin embargo, es muy buena, tratándose de JMM, se lo reconozco). La guinda de la moraleja, para mí, era fundamental, por otra parte. Y si a usted que uno diga que el blog de alguien es uno de los que leo con más gusto y que el subtítulo es insuperable [las negritas son doblemente mías] no le parece tan favorable, no sé cómo lleva leyéndome tanto tiempo, hablando, como hablamos, idiomas diferentes.
JuanMa, luminosa aclaración, con la luz de una candela, ciertamente. Qué buena.
Mil perdones.
ResponderEliminarNada que perdonar... Muchas gracias por tomártelo tan bien. Precisamente en esta entrada tenía que poner cara de mal humor, aunque sólo fuera por no dejar mal a mi moraleja. Abrazo.
ResponderEliminarAnda, que ya me gustaría que a mí me diesen cosquis de estos, jaja.
ResponderEliminarYo estuve en la presentación de El azul sobrante y en las visitas que W.J. rindió a don José.
Creo que ha Wesley le ha faltado matización, pero, oiga usted, un blog tampoco da para más a veces o uno tampoco se encuentra con ánimo de la nota al pie. En eso, entiendo que a un poeta le cueste ser comprensivo, porque éste es un artesano de la condensación, un currante de la síntesis significativa.
En fin, que Wesley fue a esas visitas de acompañante de otros. Eso disculpa que no tenga trabajado a JJL. Y estoy con Enrique en que eso engrandece aún más a don José, que se presta a que unos criajos como nosotros podamos visitarle de Pascuas a Ramos.
Que el discurso de el otro Enrique fue interesante, es cierto, aunque un poco farragoso, las cosas como son. Creo que don José tiró de amable ironía cuando dijo que la tarea de los críticos era decir eso y la suya escribir, no creo que fuese nada en la boca.
Por lo demás, ya me gustaría a mí que la gente tuviese la formación que W.J. tiene. Puede que el chico sea un poco impulsivo y le falten matices, pero si así fuese otro gallo nos cantaría en este país de pandereta.
Viva la dialéctica bloguera.
Juzquen ustedes mismos.
ResponderEliminarViva youtube. Gracias al otro anónimo. Qué gran presentación fue aquella, veo, y EAR está estupendo: Ortega, Karl Kraus, el reaccionario Walter Benjamin... Gran nivel. Aunque sea por atajos (que según Tolkien siempre alargan el camino) hay que agradecerle mucho (y sin ninguna ironía lo hago) a Wesley que me haya llevado de la mano (a trompicones) a esa presentación desde la lejana provincia.
ResponderEliminarDe nada. Y sí, mucho nombre sí que aparece en la presentación, sí...
ResponderEliminarLeo la última respuesta cansada en el blog de Wesley a este asunto de la presentación, y me arrepiento mucho de haber escrito esta entrada. Piensa él que los que leemos su blog y tenemos algo que contestar más allá del aplauso y la toma de partido estamos aburridos como ostras. Mi cosqui era inmerecido, lo reconozco ahora, al menos en el sentido que más me importa a mí del merecer. Y tenía toda la razón Wesley Jackson: mis elogios también eran inmerecidos. Lo siento.
ResponderEliminar[Dejo aquí el mismo comentario que he puesto en mi blog]:
ResponderEliminarNo sabéis lo afligido que me tiene este asunto... Incluso habéis conseguido que Enrique me malinterprete...
Al final uno se acaba preguntando si de verdad será un superficial cuya formación deja mucho que desear. Por fin lo habéis conseguido, me habéis derribado. Espero estéis contentos, por lo menos, ya que yo no lo estoy ni de lejos...
Corregiré enseguida cualquier malinterpretación que pueda haber perpetrado, por eso no te aflijas.
ResponderEliminarY siento haber sido la causa de todo este follón. Creía que yo no te había puesto a los pies de los caballos de nadie (como me acusó ese curioso anónimo que tanto sabía de tu vida y de la mía) sino simplemente que le había dado eco (con tres aplausos y un silbido) a tu blog. Quien publica un blog quiere público, pensé. Que JMM te contestase me pareció un honor que te hacía, aunque fuese con un tono marcial, y, en general, el debate en tu blog y en el mío, me pareció muy interesante en líneas generales. Pero ahora veo que lo has pasado mal (y me duele) y que no has querido ni preguntarte en qué podrían tener razón las críticas, y ahí pienso que te equivocas.
Pero equivocarse no es tan grave. Yo lo hago continuamente y aquí estoy, más contento que unas pascuas. Arriba ese ánimo, hombre.
[copio aquí también el comentario que he dejado en mi blog, creo que es pertinente]:
ResponderEliminarVoy a ver si consigo resumir todo con este comentario y dar fin a las discordias que al final hemos levantado.
En primer lugar, pido perdón a todos los que haya menospreciado. Primero a los que he despreciado sus argumentos: Ángel Ruiz, mi hermano Agus, Enrique y puede que también a Jesús. Os pido perdón por haber despreciado vuestros razonamientos, si lo he hecho y parece ser que sí. Mira, al final he resultado ser impulsivo, como decía Agus, y un tanto inmaduro, como decía Ángel. ¿Debería pedir perdón a JMM y a EAR? Sinceramente, creo que si debiera hacerlo, debería ser sobre todo al segundo. Además, si no va a ser del todo sincero, ¿tendría sentido?
En segundo lugar, agradezco que gente como Enrique y demás dediquen parte de su precioso tiempo a mi persona, un ‘post-adolescente’ que tiene un blog perdido en la blogosfera sin ningún tipo de pretensión. De hecho, no me sentaron bien los malentendidos que han surgido con Enrique, al que en ningún momento hago culpable de todo este rollo. Da igual, eso ya lo he arreglado personalmente con él. Pero también os digo: por favor, no os toméis ciertas cosas tan en serio, que sólo intento escribir desde el lado amable de la vida. Mi blog no es nada, me han dicho, y estoy de acuerdo, estad los demás también de acuerdo. De ahí surgió, creo, mi enrocamiento, en que no estaba dispuesto a aceptar un debate serio sobre una entrada hecha a chacota. Supongo que soy un cabezota. No, no lo supongo, lo sé.
En tercer lugar, se me han dicho muchas cosas, unas con cariño y alguna (las menos) con cierto desprecio. De todas ellas, las que más acepto son: que soy impulsivo, que soy un inmaduro y que sé muy poco. Ah, y que a veces escribo muy bien, para que no todo sea malo.
En cuarto lugar, se me ha sugerido que quizá he dejado mal en mis escritos a JJL y a EGM. Sinceramente, creo que eso está muy alejado de la realidad. Pero si llegase a ser verdad, vuelvo a pedir perdón.
En quinto lugar, sobre la presentación de EAR. Puede que efectivamente fuese de una altura desusada, puede que fuese un monumento prodigioso de la intelectualidad española. De acuerdo. Si así fuese, se pueden sacar varias conclusiones: una, que efectivamente no me entero de nada y me queda mucho por andar; dos, que me pilló en fuera de juego. Continuamente (salvo contadas personas) se ha dado por hecho la primera, no la segunda, un tanto injustamente. En cualquier caso, en mi capítulo 61 lo único que dejé por escrito fue una impresión rápida que tuve en aquel momento (las impresiones forman parte del pasado, ¿se pueden cambiar?). Por cierto, que el nombre de EAR no lo saqué yo a colación, sino que fue JMM.
Finalmente, espero que después de esto se pueda recuperar el sentido del humor que yo creía que alimentaba mi blog. Me he desviado y, aunque también se me ha dicho que es una reacción un tanto infantil, me reafirmo en que será mejor no volver a escribir de autores vivos, no vaya a ser que alguien se lo tome a mal. He podido entender por qué hay gente que dice que el mundo literario tiene muchas miserias...