La Tierra, reloj de arena;
y esta ilusión
un poco
tétri-
ca
o un
poco infantil*
de que a cada vuelta
vuelva a empezar el tiempo.
* Los relojes de arena siempre están vacilando, ¿los habéis visto?, entre ponerse a hacer un huevo duro o posar para un grabado de la Muerte. ¡Escojamos para el nuevo año el vitalista huevo duro!
Es la primera vez que hago un comentario en su blog, felizmente descubierto en estos últimos días del 2009.
ResponderEliminarYa conocía sus excelentes traducciones de Chesterton.
En fin, espero que podamos lidiar este año con valentia, vergüenza torera y buen estilo.
Y que Dios reparta suertes.
Los relojes de arena no saben dormir ni boca arriba ni boca abajo.
ResponderEliminarMuchas felicidades.
ResponderEliminarFeliz 2010, Enrique. Un abrazo.
ResponderEliminarAprovechando tu huevo duro, te felicito el año con este poema de Marzal.
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