sábado, 16 de enero de 2010

Un gesto

Estoy en la biblioteca del instituto, leyendo apaciblemente a Cecília Meireles, acompañado por seis o siete casi silenciosos alumnos. Desde fuera, alguien abre, se asoma y no encuentra a quien buscaba. Pero deja la puerta --que cierra mal-- encajada. Un alumno entonces se levanta enseguida, cruza en línea recta toda la biblioteca y, con un golpe seco y lo más cuidadoso posible, la cierra. Vuelve a sentarse. Nada más.

Ha sido un gesto profundamente civilizado, y diría, venciendo el miedo a parecer cursi, que hermoso. La biblioteca, cualquier biblioteca, tiene que tener puerta, por supuesto, y sin pestillo, pero la puerta debe estar bien cerrada.

Fue Rubén Moreno González. (Le pedí el nombre para rendirle este homenaje.)

4 comentarios:

  1. Tienes suerte de que se respete de forma tan cuidadosa el silencio en la biblioteca de tu instituto porque ne el Colegio Altair no se puede ni estudiar a veces (no siempre pero...)

    Genial homenaje Haría falta aquí gendarmes del silencio como Rubén.

    Un Saludo.

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  2. En la biblioteca de mi colegio la gente comía y escondía el bocata de chorizo debajo de las mesas;
    se llenaba los días de lluvia de una masa de gente alborotada;
    el profesor que la cuidaba tenía cara de búho y ademanes de agente de la KGB;
    un libro llamado "Los perros de la guerra" tenía un pegote de paté entre dos de sus páginas, doy fe;
    la mayoría de los libros eran donaciones del colegio "Santa María del Pilar";
    la gente iba para copiar los deberes de la siguiente clase;
    era toda una aventura la clandestinidad de los comentarios;
    ...

    La puerta se cerraba sola, además.

    Rubén llegará lejos.

    Un saludo.

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  3. Anónimo7:47 p. m.

    De que instituto era la biblioteca ?
    Rubén ... que gran persona :)

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  4. Ies Virgen del Carmen. Pto Real.

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