miércoles, 2 de junio de 2010

Mamá, de mama; papá, de pipo


¿Podrá perdonármelo algún día?

5 comentarios:

  1. Seguro que sí, y se reirá cuando alcance a comprenderlo con artículo de tal sencillez y sentido común.

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  2. Anónimo11:50 a. m.

    Es la decepción como fuente de conocimiento; y el decepcionador como primer maestro. En el caso de Carmen, la enseñanza es la que apuntas (madre no hay más que una) y además, la de que es inútil pedir lo que no se puede dar.
    Simpatiquísimo el artículo. Lo que más me ha gustado es esa "aparición estelar".
    Jilguero.

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  3. Para enmarcar.

    Con mis tres hijos me ha ocurrido, y me ha divertido y apenado a partes iguales, ver esa boca abriéndose con ganas buscando y encontrando al -para esto al menos- inútil de su padre.

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  4. Te doy una idea que tu mujer agradecerá: pídete darle tú las primeras papillas.

    No te aseguro el éxito, el pecho busca siempre pero los purés, ay!

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