Gracias por la sonrisa provocada por la hipotesis, sobre todo después de una noche toledana de los míos. Qué bien que en todas partes cuecen habas (o mejor, "mal de muchos...") Por cierto, toda una labor de campo de recopilación de material del folklore.
Qué buena antología, Enrique. Corroboro la hipótesis, aunque los miedos crecen: pronto no serán sólo a que no duerma, sino a que duerma lejos de casa. Como prueba, esta tradicional de por aquí, que usamos mucho en casa: "Bonbolontena, ene laztana, / ez egin lorik basoan, / azeritxuak eruango zaitu / erbia zeralakoan." Bonbolontena, cariño mío / no duermas en el bosque / que el zorro te llevará / tomándote por una liebre.
Pero ¡¡¡¡¡qué mona!!!!! Y además, feliz. Qué bien que no se haya resistido a ponernos la foto.
Lo de las nanas también sucede con muchas canciones infantiles, que son tremendamente crueles. Hay una ronda a "Don Matías, el señor que pisó el tren", en la que los niños imitan cómo quedó. O un juego de palmas que dice "Don Federico mató a su mujer, la hizo picadillo y la echó al sartén..." Y sigue. O Ping Pong, el muñeco de cartón, que se lava la carita. No sé, pero sé de niños que les desconcertaba un poco esa mezcla se agua y papel. No se sabe muy bien cómo terminaría.
En fin, así con muchos más. Lo de las nanas se entiende pero ¿las canciones infantiles?
¡Qué ricura de cría! Oye, te he leído hoy en La Gaceta. Espero que hagáis resucitar pronto la editorial. Saludos de tu ocasional lector y perenne admirador.
Muchas gracias a todos. Así da gusto... ser padre. Y de propina Marcela me regala otra interrogante para otro artículo, que tras otra labor de campo que tengo que hacer, prometo publicar pronto.
Yo, perenne amigo pianista, también espero que sea un cierre temporal. De hecho, en el texto digo que es un punto y aparte y no un punto final. Algo así (ojalá) como los toreros que se cortan la coleta para volver a la temporada siguiente. Aunque a mí el corte me ha cogido por medio, ay.
Una preciosidad, Enrique. Hago una pausa mientras elaboro los horarios (que no es pequeño coco) y me encuentro esta mirada. Ha merecido la pena el descanso. Un abrazo.
Yo me he lanzado a comentar la foto, dejo para dentro de un rato el texto. Qué alegría verle la carita entre rayos y truenos, la vida misma. Se parece a Leonor, supongo que ya lo sabes... Enhorabuena.
Es tan bonita que te deja sin palabras y sí que es cierto que se va pareciendo a Leonor, y que sonríe con cara de "prepárate, que voy". Que les cantamos para calmar nuestros miedos -y si de paso se duermen, mejor- es una gran verdad; tener un niño es empezar a tener miedo. Te haré un rastreo por las nanas alemanas, así de primeras, quitando al Sandmännchen que les echa puñados de arena a los ojos para que los cierren, no parecen tan asustosas. Gracias por la foto.
Por fin colgaste una foto de Carmen!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Ya era hora, chaval!!. Siento decirte que ya no se parece a ti. Es igual que la foto que me enseñó Leonor de ella cuando era chica. Esta para comersela. Un beso a los tres, Coco
CANCIÓN TONTA:“Mamá. / Yo quiero ser de plata. / Hijo, / tendrás mucho frío. / Mamá. / Yo quiero ser de agua. / Hijo, / tendrás mucho frío. / Mamá. / Bórdame en tu almohada. / ¡Eso sí! / ¡Ahora mismo!” (Lorca, "Canciones")
¡Cúanta inocencia! Que Dios la bendiga. Muchas felicidades.
Enrique, me ha encantado conocer a Carmen ¿Cuándo en persona por Pamplona...?y no deseo nigún pareado hortera como el que me ha salido de par de mañana, que decimos aquí.Un enorme abrazo.Pepa
Tres días sin entrar en el blog y de premio ¡la foto!. Que bien que no hayas resistido... Soy tan inculta que de todas las nanas de tu hipótesis sólo conocía la última.
Carlos dijo: Qué cosa más bonita. Y muy buena la foto. Es la carita con que debieramos afrontar la vida: asombro y dicha. Para que aprendamos. No es nada gratuito que la hayas colgado: mirar esa carita nos ayuda a sacudirnos las brumas y las sombras. Es pura luz.
Ambas, foto e hipótesis, son emocionantes y excelentes. Enhorabuena por las dos.
ResponderEliminarTodo hermoso (en un día en que se nos recuerda que deberíamos procurar no quejarnos de todo, sino trabajar por mejorar nuestro mundo).
ResponderEliminarCon permiso...
ResponderEliminarAy cuando llega el momento de la niña duerme / ¡BENDITA SEA!...
¡Qué generoso eres con nosotros! gracias
ResponderEliminarEs todo un placer contemplar esa carita de felicidad de tu hija.
ResponderEliminarGracias por compartir tan hermoso instante.
Felicidades.
Gracias,
gracias,
gracias,
saludos.
Viendo los gestos de nuestros hijos podemos hacernos a la idea de como eramos nosotros de niño.
ResponderEliminarDe nuevo saludos.
Qué bien, qué alegría da ver a Carmen. Y cómo se ríe de los nanas que quieren meter miedo.
ResponderEliminarGracias por la sonrisa provocada por la hipotesis, sobre todo después de una noche toledana de los míos. Qué bien que en todas partes cuecen habas (o mejor, "mal de muchos...")
ResponderEliminarPor cierto, toda una labor de campo de recopilación de material del folklore.
Qué buena antología, Enrique. Corroboro la hipótesis, aunque los miedos crecen: pronto no serán sólo a que no duerma, sino a que duerma lejos de casa. Como prueba, esta tradicional de por aquí, que usamos mucho en casa: "Bonbolontena, ene laztana, / ez egin lorik basoan, / azeritxuak eruango zaitu / erbia zeralakoan." Bonbolontena, cariño mío / no duermas en el bosque / que el zorro te llevará / tomándote por una liebre.
ResponderEliminarY preciosa la foto, sí señor.
Pero ¡¡¡¡¡qué mona!!!!! Y además, feliz. Qué bien que no se haya resistido a ponernos la foto.
ResponderEliminarLo de las nanas también sucede con muchas canciones infantiles, que son tremendamente crueles. Hay una ronda a "Don Matías, el señor que pisó el tren", en la que los niños imitan cómo quedó. O un juego de palmas que dice "Don Federico mató a su mujer, la hizo picadillo y la echó al sartén..." Y sigue.
O Ping Pong, el muñeco de cartón, que se lava la carita. No sé, pero sé de niños que les desconcertaba un poco esa mezcla se agua y papel. No se sabe muy bien cómo terminaría.
En fin, así con muchos más. Lo de las nanas se entiende pero ¿las canciones infantiles?
Muy interesante, Enrique! Me inquieta un poco de todos modos el que la niña pregunte a un académico muerto en el 2001
ResponderEliminar¡Qué ricura de cría!
ResponderEliminarOye, te he leído hoy en La Gaceta. Espero que hagáis resucitar pronto la editorial. Saludos de tu ocasional lector y perenne admirador.
Aquí la failia acabna de consensuar que tiene cara de "menos mal que me tienes atada, porque a la que me sueltes voyyyyy!!!!"
ResponderEliminarMuchas gracias a todos. Así da gusto... ser padre. Y de propina Marcela me regala otra interrogante para otro artículo, que tras otra labor de campo que tengo que hacer, prometo publicar pronto.
ResponderEliminarYo, perenne amigo pianista, también espero que sea un cierre temporal. De hecho, en el texto digo que es un punto y aparte y no un punto final. Algo así (ojalá) como los toreros que se cortan la coleta para volver a la temporada siguiente. Aunque a mí el corte me ha cogido por medio, ay.
Muy linda foto.
ResponderEliminarInteresante hipótesis.
Una preciosidad, Enrique. Hago una pausa mientras elaboro los horarios (que no es pequeño coco) y me encuentro esta mirada. Ha merecido la pena el descanso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo me he lanzado a comentar la foto, dejo para dentro de un rato el texto. Qué alegría verle la carita entre rayos y truenos, la vida misma. Se parece a Leonor, supongo que ya lo sabes... Enhorabuena.
ResponderEliminarEso explica, querido Carlos, el entusiasmo de mi suegra. Y el mío.
ResponderEliminar¡Qué muñeca!
ResponderEliminar(el elogio es doble)
Finísimo piropo.
ResponderEliminarFinísimo piropo.
ResponderEliminarQué guapa. Carmen dice que se parece mucho a Leonor.
ResponderEliminar¡¡¡¡GUAPAAAAAA!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarDeliciosas, niña e hipótesis. Y muy divertidas además. Un gran saludo desde Santa Fe, República Argentina.
ResponderEliminarEs tan bonita que te deja sin palabras y sí que es cierto que se va pareciendo a Leonor, y que sonríe con cara de "prepárate, que voy".
ResponderEliminarQue les cantamos para calmar nuestros miedos -y si de paso se duermen, mejor- es una gran verdad; tener un niño es empezar a tener miedo.
Te haré un rastreo por las nanas alemanas, así de primeras, quitando al Sandmännchen que les echa puñados de arena a los ojos para que los cierren, no parecen tan asustosas.
Gracias por la foto.
Felicitación al fotógrafo, que ha captado tanta vida asombrada.
ResponderEliminarJilguero.
Por fin colgaste una foto de Carmen!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Ya era hora, chaval!!. Siento decirte que ya no se parece a ti. Es igual que la foto que me enseñó Leonor de ella cuando era chica. Esta para comersela.
ResponderEliminarUn beso a los tres,
Coco
Es guapísima, no me extraña que se os caiga la baba. Además, se ve que es simpática, ¿no? Enhorabuena otra vez.
ResponderEliminarCANCIÓN TONTA:“Mamá. / Yo quiero ser de plata. / Hijo, / tendrás mucho frío. / Mamá. / Yo quiero ser de agua. / Hijo, / tendrás mucho frío. / Mamá. / Bórdame en tu almohada. / ¡Eso sí! / ¡Ahora mismo!” (Lorca, "Canciones")
ResponderEliminar¡Cúanta inocencia! Que Dios la bendiga. Muchas felicidades.
¡Es guapísima! Y tiene una cara de lista...
ResponderEliminarEnrique, me ha encantado conocer a Carmen ¿Cuándo en persona por Pamplona...?y no deseo nigún pareado hortera como el que me ha salido de par de mañana, que decimos aquí.Un enorme abrazo.Pepa
ResponderEliminarTres días sin entrar en el blog y de premio ¡la foto!.
ResponderEliminarQue bien que no hayas resistido...
Soy tan inculta que de todas las nanas de tu hipótesis sólo conocía la última.
Carlos dijo:
ResponderEliminarQué cosa más bonita. Y muy buena la foto. Es la carita con que debieramos afrontar la vida: asombro y dicha. Para que aprendamos. No es nada gratuito que la hayas colgado: mirar esa carita nos ayuda a sacudirnos las brumas y las sombras. Es pura luz.
Qué maravilla de comentarios y felicitaciones. Qué fiesta. Muchas gracias a todos.
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