Para eso se escribe, María. Que slguien se apropie lo nuestro, diga lo que diga Manuel Machado, es la mayor gloria de los que escriben cantares, y otras cosas.
Pero esta vez es cantar, anómino. Tiene razón JAGR. Para muy fanáticos de la forma (entre los que me cuento) ya intenté distinguir entre una cosa y otra, más allá del nº de sílabas. aquí mismo.
Puede ser a la amada aunque también podría ser a un bebé, asi que si no se ponen referencias a la primera queda abierto para que más personas nos lo apropiemos.
Le agradezco especialmente al primer anónimo y a BB que nos inciten a hacer un poco de taller literario. Cierto que se sobrentiende la amada y la amada dormida. Yo valoro mucho los sobrentendidos. De hecho, el otro día la poética de José María Cumbreño, "La parte por el todo", me lo hizo ver más claro aún: "Todas las casas se construyen con presencias y ausencias./ El ladrillo que se pone será un muro./El ladrillo que no se pone será una puerta". Puerta... o ventana, por eso lo vi tan claro.
Pero me ha sido muy útil el comentario anónimo. Estaba tentado a reconvertir la seguidilla en una nana, como se le ha ocurrido también a Juan Ignacio. Pero hubiese sido falsearla, pues gravita la presencia de la amada, que es lo mejor. Por eso no pondré, como inteligentemente propone BB, "pensarte". La ausentaría, y ya entra frío.
Creo que José Luis tiene razón en destacar el "al menos".
Así es, Jilguero. Eso le da el tono conyugal. Un poeta petrarquista (por no entrar en otras posibilidades) jamás preferiría dormir. Lo interesante [dentro de lo que el pequeño poema --casi un suspiro-- puede dar de sí] es que lo que no deja de ser una resignación es, a la vez, un don mayor. Pasa a menudo.
El tono conyugal ya está en el "Si no me duermo", creo: "Es que si no, ¿no la miras?" Asi que voto, para el último verso poner un "entonces", pues le da un tono de sorpresa que no queda mal. Si no me duermo/me dedico a mirarte/ y entonces sueño.
Olé. Y que nadie diga que esto es un haiku. Aunque le falte un verso, es una seguidilla genial
ResponderEliminarUn abrazo.
!Olé y olé! (A pesar de que se me ha adelantado Don Juan Antonio, llegaba yo con la intención de decir olé)
ResponderEliminarYo creo que no se puede añadir más:olé.
ResponderEliminarHaikilla, entonces.
ResponderEliminarY ole
ResponderEliminarme lo apropio con tu permiso
Oh. Muchas gracias.
ResponderEliminarPara eso se escribe, María. Que slguien se apropie lo nuestro, diga lo que diga Manuel Machado, es la mayor gloria de los que escriben cantares, y otras cosas.
Pero esta vez es cantar, anómino. Tiene razón JAGR. Para muy fanáticos de la forma (entre los que me cuento) ya intenté distinguir entre una cosa y otra, más allá del nº de sílabas. aquí mismo.
Repito: gracias.
Delicioso insomnio y delicioso poema.
ResponderEliminarSe sobreentiende que la mirada se dirige a la amada dormida. ¿No sería interesante introducir esta precisión en el verso? Se me ocurre lo siguiente:
Si no me duermo,
te contemplo dormida;
y en vela, sueño.
¿Horrible? ¿Sonó la flauta?
Anónimo, no le toques ya más, que así es la cosa.
ResponderEliminarDebe haber duendes porque mi comentario de las 9:30 se ha perdido. Decía en él:
ResponderEliminarAplausos entusiastas. Y olé, por supuesto.
El "al menos" me encanta.
ResponderEliminarMuy bello E.
ResponderEliminarEs verdaderamente genial.
ResponderEliminarPuede ser a la amada aunque también podría ser a un bebé, asi que si no se ponen referencias a la primera queda abierto para que más personas nos lo apropiemos.
... y en la soledad, al reemplazar "mirarte" por "pensarte", sigue permitiendo sonnar. BB
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminarLe agradezco especialmente al primer anónimo y a BB que nos inciten a hacer un poco de taller literario. Cierto que se sobrentiende la amada y la amada dormida. Yo valoro mucho los sobrentendidos. De hecho, el otro día la poética de José María Cumbreño, "La parte por el todo", me lo hizo ver más claro aún: "Todas las casas se construyen con presencias y ausencias./ El ladrillo que se pone será un muro./El ladrillo que no se pone será una puerta". Puerta... o ventana, por eso lo vi tan claro.
Pero me ha sido muy útil el comentario anónimo. Estaba tentado a reconvertir la seguidilla en una nana, como se le ha ocurrido también a Juan Ignacio. Pero hubiese sido falsearla, pues gravita la presencia de la amada, que es lo mejor. Por eso no pondré, como inteligentemente propone BB, "pensarte". La ausentaría, y ya entra frío.
Creo que José Luis tiene razón en destacar el "al menos".
Ay, se me olvidaba explicar por qué no me suena que sea reconvertible en nana: un niño no es propiamente un sueño, sino una realidad.
ResponderEliminarMe parece que el "al menos" da la impresión de que el poeta valora más el dormir que el soñar.
ResponderEliminarJilguero
Así es, Jilguero. Eso le da el tono conyugal. Un poeta petrarquista (por no entrar en otras posibilidades) jamás preferiría dormir. Lo interesante [dentro de lo que el pequeño poema --casi un suspiro-- puede dar de sí] es que lo que no deja de ser una resignación es, a la vez, un don mayor. Pasa a menudo.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡¡¡Me encanta Enrique!!! Llega y llena mucho.
ResponderEliminarQué preciosidad, y estas flores no se ponen mustias. Para que luego diga Amparo.
ResponderEliminarQué bueno, Enrique. No sólo uno disfruta estas cosas sino que aprende verdaderamente poesía aquí.
ResponderEliminarYo coincido con María, y el ¡Ole! me sale llano, no agudo.
ResponderEliminarQue no es lo mismo.
Muy bueno el poema. Saludos.
ResponderEliminarEl tono conyugal ya está en el "Si no me duermo", creo: "Es que si no, ¿no la miras?" Asi que voto, para el último verso poner un "entonces", pues le da un tono de sorpresa que no queda mal.
ResponderEliminarSi no me duermo/me dedico a mirarte/ y entonces sueño.
Bueno, es otra posibilidad. J