Excepción
Sé que a la gente le gusta leer lo que piensa, pero prefiero que piense lo que lee. Por eso, cuando me dicen que por qué no escribo de esto y de lo otro, y me dibujan en el aire el argumentario, aunque no digo nada, pienso: "Si ya lo pensáis, para qué". Con este artículo hago una clamorosa excepción. Se me partía el alma al oír contar las cuentas de los amigos que nos llevan delantera en su familia: los que tendrán que sacar a sus hijos del colegio, aunque están encantados, los que ya al pequeño no lo han metido, los que no pueden tener más...
Felicidades por el tema escogido hoy. Ayer celebrábamos una nueva sentencia del Supremo condenando a la Junta a mantener el concierto a los centros de educación diferenciada a los que se los había retirado. Sólo quedan doce en toda Andalucía. Toda una especie en peligro de extinción que tenemos que proteger.
ResponderEliminarMuy bueno. Precisamente ayer mi mujer hablaba sobre la situación en la que estamos por los colegios de nuestros hijos y concluía, como casi siempre:
ResponderEliminarAl final, al que tiene mucha pasta le importa un pito porque él se paga el modelo que quiere. El que no tiene un duro y además tiene alguna otra circunstancia (separado, madre soltera...) tiene puntos adicionales y puede elegir colegio. Y nosotros, los asalariados "normalitos", ni nos podemos pagar otra opción, salvo que tuviéramos sólo un niño, ni nos dan puntos porque se supone que no los necesitamos.
Y añado: El que tiene mucha pasta y elige, lo tendrá a nombre de sociedades y paga de impuestos lo justito.
ResponderEliminarEl que no tiene un duro, lógicamente, paga menos impuestos.
Y otra vez el asalariado normalito es quien apoquina.
Qué bien os llevaríais tu mujer y tú, Gonzalo, con mis amigos. Os sentiríais como en casa.
ResponderEliminarY qué alegría me ha dado enterarme de esa sentencia. Altair, vía Númenor, es un poco mi colegio. Y a las monjitas otras que también defienden la educación diferenciada, las veo heroicas. ¡Bravo!