En la playa me resguardo bajo la sombrilla y me parapeto tras un libro. Sí, pero todo apunta a lo mismo: la rima también es sexy. Lo deja caer Chesterton en Tipos diversos: "Las rimas se responden mutuamente igual que los sexos en las flores y en los seres humanos". Y podría ser una feliz casualidad, el primer ejemplo –en qué estaría pensando– que se le ocurrió a ese genio aturullado, pero tres páginas más atrás, remacha: "y pertenece aún más decididamente a la cuestión que estamos tratando, pues se trata de una comedia en verso en la que todos los personajes hablan poéticamente de un modo tan natural como cantan los pájaros en la época de apareamiento". Yo estoy de acuerdo, faltaría más.
Hay en la rima la oportunidad de relacionar palabras alejadas, como lisonja y esponja o tijera y ribera (Góngora). Su función se parece mucho a la del corretaje (agencias de la propiedad, matrimoniales, celestinas…). Cuando acerca palabras que ya están próximas (historia y memoria por ejemplo) la rima da grima. Por mi mal, no llego a captar el aspecto erótico de la rima.
ResponderEliminarJilguero
Mario Quintana está con usted: "Lo que más enfurece al viento son esos poetas inveterados que lo hacen rimar con lamento".
ResponderEliminarY yo, aunque no había caído. Las rimas cercanas tienen algo de incestuoso (por volver a Chesterton) y esa feliz relación y perfecta compenetración de palabras muy alejadas es, justamente, lo sexy que ve Chesterton. ¿O será mejor decir conyugal?
Abrazo.
Si cercana
ResponderEliminarla rima
da grima
como casarse con una prima
hermana.
Enrique,
ResponderEliminarEsta idea me ha quedado dando vueltas y pensé algo que escribí así:
"Las palabras tienen su familia en el comienzo, y al final forman su propio matrimonio. Es decir: las raíces en común de las palabras es lo que las hace de la misma familia. Y luego ellas se enamoran de otras formando las rimas".
Fuiste debidamente citado en mi publicación.
Saludos.