Este poema de Cecilia Meireles empieza muy bien, aunque luego se le fue de las manos. Se nos cayó a nosotros de la antología, en fatal consecuencia, porque no podemos ir extrayendo fragmentos, versos, o aforismos. Mientras que el lector de a pie puede decir: "Todo me vale si vale", el antólogo ha de resignarse a un extremoso "Todo o nada". Pero sus dos primeras estrofas, traducidas por Marie Christine del Castillo-Valero, son un extraordinario lema de "El cuento de la buena pipa", y un bloguero tiene carta blanca:
¿De qué están hecho los días?
—De pequeños deseos,
inconcretas nostalgias,
silenciosos recuerdos.
Entre penas sombrías,
momentáneos destellos:
vagas felicidades,
pasadas esperanzas.
[…]
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