Así, como reza en el título, genialmente, dejó una entrada en su Diario portugués Mircea Eliade. En mi edición, enseguida, entre corchetes, ponen: [entrada incompleta]. No sé si habrá sido idea del editor rumano o del traductor al español o de quién, pero qué manera de no enterarse de la nada a la que nos aboca nuestra falta de decisión.
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