Por otra parte, y por experiencia, creo que son los profesores los que olvidan antes a sus alumnos. Sobre todo a los que nos portábamos bien ^^, siguiendo tu argumentación.
Y, personalmente, los profesores a los que más recuerdo no son los más cabrones (como querías decir pero no te salía xD) sino aquellos en cuya clase mejor me lo he pasado, ya fuera por que la hicieran interesantes o porque les hiciéramos la vida imposible.
Copio algunos detalles relativos a la etapa de Borges como profesor:
"En su oficio de profesor universitario en la Facultad de Filosofía y Letras, Borges no tomaba exámenes. (...) Solo reprobó a tres alumnos en veinte años, y aseveraba que en los "finales" lo único que le interesaba era escuchar.
Desconozco si, entre sus antiguos alumnos, sólo aquellas tres "víctimas" saludaban a Borges. En todo caso, supongo que no es un mal antecedente, para un profesor presuntamente demasiado "blando".
Yo, por mí, puedo decir que no creo deber más a los más duros; y que a los profesores que más recuerdo es a los que admiraba (duros o no), a los que me parecieron más inteligentes, o quizá mejor más sabios. Y que no extrañe: en mis tiempos, ya lejanos, de estudiante universitario, la primera (y no digamos la segunda) de esas cualidades eran cosa de una desoladora rareza.
Muy mala leche lo del examen en el puente eh.
ResponderEliminarPor otra parte, y por experiencia, creo que son los profesores los que olvidan antes a sus alumnos. Sobre todo a los que nos portábamos bien ^^, siguiendo tu argumentación.
Y, personalmente, los profesores a los que más recuerdo no son los más cabrones (como querías decir pero no te salía xD) sino aquellos en cuya clase mejor me lo he pasado, ya fuera por que la hicieran interesantes o porque les hiciéramos la vida imposible.
Miguel
Copio algunos detalles relativos a la etapa de Borges como profesor:
ResponderEliminar"En su oficio de profesor universitario en la Facultad de Filosofía y Letras, Borges no tomaba exámenes. (...) Solo reprobó a tres alumnos en veinte años, y aseveraba que en los "finales" lo único que le interesaba era escuchar.
Desconozco si, entre sus antiguos alumnos, sólo aquellas tres "víctimas" saludaban a Borges. En todo caso, supongo que no es un mal antecedente, para un profesor presuntamente demasiado "blando".
Yo, por mí, puedo decir que no creo deber más a los más duros; y que a los profesores que más recuerdo es a los que admiraba (duros o no), a los que me parecieron más inteligentes, o quizá mejor más sabios. Y que no extrañe: en mis tiempos, ya lejanos, de estudiante universitario, la primera (y no digamos la segunda) de esas cualidades eran cosa de una desoladora rareza.