Elogio del disfraz
No confieso en el artículo del hoy qué fue lo que me hizo caer del caballo y dar un costalazo feliz contra el suelo. Si he perdido mis prevenciones contra el disfraz, no es por Chesterton, sino por un motivo mucho más gordo, del que adjunto una foto movida:
Carmen se disfrazó de huertana murciana, que es un 25% de su sangre por su abuela paterna y mucho más de la mía, y no puedo estar más agradecido a los disfraces, a los carnavales y a lo que sea. Y ahora sí: qué buena idea la de GKC de disfrazarse de alma inmortal.
Los alegres pajarillos que pueden verse sobre la repisa de la chimenea a la izquierda, NO son un adorno permanente de la casa, sino la prueba, comprada en un chino por mi suegra, de la afición ornitológica de Carmencita. Apretando un botón cantan (muy fuerte y medio bien) y mueven las alas. Contra el tópico chinofóbico, no se estropean ni a la de tres.
ResponderEliminarpues visto desde lejos, parecían esos pájaros disecados (redisecados) mostruosos y bellos del XIX; así de lejos y movidos son preciosos. ¿Qué escribe Carmen? Parece el san Ildefonso del Greco. Está genial de murciana.
ResponderEliminarj
Si la caza es vacaciones de humanidad (Ortega), quizás quepa decir que el disfraz es vacaciones de individualidad, quiero decir del ser individualísimo que cada uno es.
ResponderEliminarNo es mala la afición ornitológica.
Jilguero.
Quizás acierte corrigiendo mi anterior comentario: más que vacaciones de individualidad, serían de la imagen, también individualísima, que proyectamos.
ResponderEliminarJilguero
Lo mejor de la entrada es tu comentario sobre los pájaros. Grande.
ResponderEliminar... y ¡tienes una chimenea!
ResponderEliminarNunca me ha dado tanta alegría un comentario de Jilguero, al que imagino ya muy restablecido del grave susto. Y cómo afina. De un comentario suyo al otro va lo que yo pensaba antes, y por eso no me gustaban los disfraces, a lo que pienso ahora, y por eso los veo como oportunidades.
ResponderEliminarCarmen dibuja "pipis", naturalmente. Pero tu comentario, J., me hace pensar qué algo bueno tiene escribir en todo caso. Ese momento en vilo esperando la inspiración del que san Ildefonso es el patrón. Que él nos ampare.
Y tus comentarios, Llir, me recuerdan que me debes desde hace siglo una visita al Puerto. Si es invierno, encenderemos la chimenea en tu honor... aunque nos ahumemos un poco (ay, revoca).
Gracias, Enrique. Tuve la suerte de estar muy bien acompañado. Fue providencial que el susto se produjera en fin de semana y me viera obligado a quedar en observación en el hospital.
ResponderEliminarJilguero
Ay, que está para comérsela con flecos y todo!!!
ResponderEliminarDe murciana y pintando pajaritos ¿solitarios?, esta niña va para discípula de Gaya.